
“La experiencia más gratificante, y a la vez la más difícil”, dijo Muñoz.Archivo
“La experiencia más gratificante, y a la vez la más difícil”, dijo Muñoz.Archivo
“La experiencia más gratificante, y a la vez la más difícil”, dijo Muñoz.Archivo
“La experiencia más gratificante, y a la vez la más difícil”, dijo Muñoz.Archivo
“La experiencia más gratificante, y a la vez la más difícil”, dijo Muñoz.Archivo
“La experiencia más gratificante, y a la vez la más difícil”, dijo Muñoz.Archivo
“La experiencia más gratificante, y a la vez la más difícil”, dijo Muñoz.Archivo
No cabe duda de que por más profesional que uno pueda ser, ante situaciones impactantes se puede perder la noción de lo que se debe hacer; amigos, esto fue lo que le pasó a la periodista de Medcom, Maritza Muñoz, quien quedó en “shock” apenas vio al papa Benedicto XVI, durante su cobertura en Cuba.
Imagínense que Maritza había llevado una cámara con la cual nunca supo qué hacer, por las emociones que sentía en el momento en que el papa llegó a la Plaza de la Revolución, solo podía pronunciar: “Miguel, viste al papa; Miguel, viste al papa”. Ay, madre! Además, nos comentó que pasó muchas dificultades para esta cobertura, que sin duda alguna para ella es “una de las mejores experiencias de mi carrera”.
Les cuento, el vuelo se retrasó, sus maletas se extraviaron y llegaron hasta el otro vuelo, no había suficiente Internet, tanto así que los periodistas de ambas empresas (Medcom-TVN) dejaron de ser competencia y se ayudaron mutuamente. ¡Qué bueno!
Según Maritza, si tuviera que atravesar estos inconvenientes para volver a ver al pontífice, no lo pensaría dos veces.