Agradecida a Dios y a la vida
Dijo que el negocio nació con su hijo.

Shelmar Vásquez | DIAaDIA

Jamás le ha reprochado a la vida ni a Dios las situaciones difíciles que ha afrontado, porque siempre ha considerado que todo tiene su porqué y es una secuencia de un destino ya escrito. Estas palabras reflexivas, llenas de experiencia y sabiduría, emanan de Belén Murillo, quien tiene más de 20 años vendiendo frutas y dulces en la esquina del Banco General, ubicado en la Avenida Cuba.

Dijo que el negocio nació con su hijo. Estando embarazada, realizó todas las gestiones para colocar un kiosco que le permitiera suplir las necesidades de su pequeño, quien hasta la fecha le ha agradecido con creces los sacrificios que en algún momento hizo por él.

Asegura que su niño - como lo llama - Abelardo Mena, la ayuda en todo y siempre tiene un tiempo para expresarle con actos su cariño y aprecio hacia ella.

De esta manera, no le pesa el tener que levantarse cada tres veces a la semana, a las 3 de la madrugada, para abastecerse de frutas frescas y jugosas, correteadas por su selecta y amplia clientela. Mencionó orgullosa, que esta clientela va desde las trabajadoras del Banco General, El Centro Regional del Ministerio de Educación, los funcionarios de la Procuraduría de la Administración y la Gobernación, hasta cualquier transeúnte que quede atraído por su abastecido kiosco.

Explicó que en su negocio casi todo cuesta 25 centésimos. Entre las frutas que ofrece al público están las sandías, melón, guineo y la muy buscada fruta de borojó, que es medicinal. También vende chicha de naranja, dulces de frutas naturales, pan dulce, empanadas y todo tipo de chicles y pastillas, para el gusto del consumidor.

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