Cada vez que llega Semana Santa, es común escuchar a los adultos decir que ya los tiempos no son iguales a cuando ellos eran pequeños, porque aún recuerdan las advertencias de los abuelos.
Advertencias basadas en mitos que hablaban de castigos para quienes no guardaran la Semana Santa y en especial el Viernes Santo como, según ellos, lo mandaba Dios.
Pero increíblemente esta semana era muy divertida para los niños, quienes desafiaban aquellas advertencias con tal de comprobar si eran verdad o mentira, lo que contribuyó a que se perdiera la devoción por estas fechas, especialmente, en los jóvenes.
MITOS
Si un árbol frutal no daba frutos, había que darle rejos durante el Viernes Santo, para que diera frutos. No se podía pergarles a los niños durante estos días, pues las manos de quien lo hiciera se les secaban. No se podía ir de caza, pues los animales le hablaría a quien osara hacerlo. A las doce del día, todos debían estar en casa, pues a esa hora el diablo andaba suelto. No subir árboles , porque quien lo hiciera se volvía mono. No ir al río ni a la playa, porque se convertía en pez. Tratar de mantenerse en casa, pues podía suceder que al salir, se perdiera. Los cuchillos se escondían, no se cocinaba, no se lavaba, en fin, era pecado realizar cualquiera actividad durante esta semana.
EXPERTO
Según Abel Ceballos, quien por muchos años fue diácono en la iglesia católica, estos mitos nacieron con el objetivo de crear el temor de Dios en las personas y por medio de ellos, lograr que respetaran y guardaran la Semana Santa.
Lamentablemente, todos estos mitos, que de alguna manera hacían que la Semana Santa fuera mucho más venerada, se han perdido y la mayoría de la gente, la toma para hacer de todo, menos para honrar a Jesucristo, agregó.
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