Es un milagro de Dios. Para la señora Elia Saldaña Gutiérrez, eso es su pequeña nieta Katherine Rosas, a la que tiene bajo su cuidado.

Katherine tiene 11 años y, desde bebé, padece de microcefalia, una enfermedad que tiene que ver con el tamaño de la cabeza, significativamente menor que la medida para la edad y sexo del bebé.

Aunque a los 2 años los pronósticos de vida de la "bebé", como la llama su abuela, no eran buenos, luego de que le realizaran una operación en la cabeza en Estados Unidos, las cosas han cambiado. Esta cirugía y el viaje los costeó el antiguo jefe del papá de la niña.

Katherine no puede caminar, ni siquiera sostener su cabeza. La ayuda de su abuelita y de la esposa de su padre, Gabriela, son indispensables para la niña.

REQUIERE DE...

El papá de Katherine es quien mantiene el humilde hogar, pero las necesidades de la niña crecen cada día. La señora Elia dijo que entre las muchas necesidades, está un coche especial o silla de ruedas, porque por su peso les dificulta llevarla cargada hasta el hospital.

Ellos viven en el piso 4 de uno de los multifamiliares en Santa Cruz.

La señora Elia mantiene todo limpio y hasta un pequeño espacio para Katherine, pero sabe que no es suficiente, porque el apartamento es muy estrecho.

TRISTEZA

Mientras Gabriela acomoda con cariño a la bebé en su cama, la señora Elia dijo que esa debía ser la labor de la mamá biológica, Mariela Santiesteban de Toala, pero no es así.

Ella argumenta que le dio tristeza ver cómo a Mariela le cumplieron, por medio de "Bailando por un Sueño", su anhelo de ir a ver a su madre a Colombia, pero nadie le cumple el sueño a Katherine de verla a ella.

Sucede que el actual esposo de Mariela, Cristian Toala, bailó por el sueño de ella de ver a su madre, que fue cumplido, pero hasta hace un par de semanas, Katherine pudo sentir la presencia de su madre, luego de más de dos años de ausencia.

Elia siempre ha dejado todo en nombre de Jesús y sabe que uno se castiga a uno mismo.

LA MADRE HABLA

Mariela admitió que se vio obligada a dejar a su hija en manos de la abnegada abuela y del papá de la niña, y salir a enfrentarse a la vida con su hijo, que hoy tiene 15 años.

Reconoció que tenía tiempo de no ver a Katherine y que, en estos momentos, no se ha podido ocupar de la niña, porque su hermana es una de las afectadas del incendio en Curundú.

Sabe que no ha cumplido con su palabra de darle 25 dólares por semana a su pequeña, ya que no tiene trabajo y está tramitando un permiso laboral.

Hoy la madre de la señora Elia está enferma, pero eso no le impide encargarse de Katherine, que ignora lo que pasa.

NECESITA

Pañales desechables, una de las cosas que usa más. Posiblemente, la alimentarán por un tubo.