
Cuando los niños mienten, su cuerpo lo expresa, se manifiestan tensos, ansiosos, hablan más rápido de lo normal o en algunas ocasiones más despacio y bajan el tono de voz para evitar que los escuchen, tímidos, cabizbajos, inseguros, tartamudean, aumentan las palpitaciones y presentan sudoración en las manos, se les dificulta mirar a sus padres o educadores, evadiéndolos para evitar las consecuencias negativas.
¿Por qué dicen mentiras? Son varios los factores que llevan a un niño a mentir. La necesidad de aprobación por parte de otros niños, ya sea en la escuela o en el vecindario, pueden mentir respecto a los juguetes, regalos que sus familiares les dan, el tamaño de su casa, la mejor ropa y sobre sus propios padres. En otras ocasiones, mienten al verse expuestos a una travesura, malas calificaciones o para no hacer las tareas, lo que conlleva también a esconder las evidencias que los puedan inculpar.
Algunas recomendaciones para que evite las mentiras en los niños son establecer la confianza dentro de su hogar; enseñarle a sus hijos los beneficios de decir la verdad y las consecuencias negativas de una mentira; que el principal afectado va ser él mismo y las personas más cercanas a él; promueva los valores dentro de su familia.