
Don Hermenegildo tiene de todo un poquito.
Foto: EVERGTON LEMON
Don Hermenegildo tiene de todo un poquito.
Foto: EVERGTON LEMON
Don Hermenegildo tiene de todo un poquito.
Foto: EVERGTON LEMON
Las muy buscadas raspaduras.
Él siempre está acompañado por sus amigos.
Los productos están frescos.
Don Hermenegildo tiene de todo un poquito.
Foto: EVERGTON LEMON
Las muy buscadas raspaduras.
Él siempre está acompañado por sus amigos.
Los productos están frescos.
Don Hermenegildo tiene de todo un poquito.
Foto: EVERGTON LEMON
Las muy buscadas raspaduras.
Él siempre está acompañado por sus amigos.
Los productos están frescos.
Don Hermenegildo tiene de todo un poquito.
Foto: EVERGTON LEMON
Las muy buscadas raspaduras.
Él siempre está acompañado por sus amigos.
Los productos están frescos.
Don Hermenegildo tiene de todo un poquito.
Foto: EVERGTON LEMON
Las muy buscadas raspaduras.
Él siempre está acompañado por sus amigos.
Los productos están frescos.
A la entrada de la comunidad de San Carlos, a mano derecha, está el kiosco, donde las raspaduras resaltan a la vista desde la calle.
Son cuatro raspaduras a un costo de $1.50, que son muy buscadas por aquellos amantes de este producto, dijo don Hermenegildo.
Este comerciante tiene 24 años de estar en el negocio y aseguró que lo más importante es tener contacto con los productores y ni qué decir de los clientes.
Él viaja todos los días desde La Ermita de San Carlos, donde vive junto a su esposa y sus tres nietos, por quienes labora arduamente desde las 6:00 a.m. hasta la 1:00 p.m., y en otras ocasiones se queda hasta caída la noche.
Don Hermenegildo ha laborado toda su vida para educar a sus cuatro hijos y para darle mantenimiento a su finca, que es su otro entretenimiento.
Pero este comerciante, aparte de las raspaduras, también vende verduras, limones, achiote, entre otros productos.
Los años le han dado la experiencia de poder obtener productos de muy buena calidad. “Para que el negocio resulte, se debe disponer de una cantidad de dinero que se utilizará para la compra de la mercancía, luego ese dinero de la venta se guarda para comprar más mercancía, hay que saber ahorrar”, dijo don Hermenegildo, quien seguía acomodando más raspaduras para sus clientes.