Hola Moza, recurro a ti porque he escuchado a muchos amigos míos que han leído esta columna y ven que eres una persona imparcial, directa y acertada con los consejos. Mira Moza, soy un hombre de 33 años, casado con una chica de 25, de la que creo estoy enamorado porque me trata muy bien. Y digo creo, porque últimamente me estoy fijando en otra mujer de mi vecindario, que es muy guapa y trabajadora, pero ella tiene un hijo y un esposo. No sé qué me ha pasado, en ocasiones, ella me ha visto que la desnudo con la mirada y no me dice nada; en cambio, creo que le gusta que la mire. Yo quiero dejar eso, pues no deseo hacerle daño a mi esposa, pero hay algo en esa mujer que es como un imán. Pero aquí no termina todo, a pesar de que esa mujer sabe que la veo mucho, presiento que se quiere hacer amiga de mi mujer, pues un día de estos, mi esposa me dijo que conversó con ella en la tienda y que le pareció buena mujer. No sé qué hacer, quiero tener a esa mujer, pero a la vez no me atrevo. Moza, estoy dispuesto a mudarme, con tal de no hacerle daño, ya que mi esposa está esperando mellos.

INDECISO

No sé por qué a las personas les gusta buscarse problemas gratuitamente, y eso es lo que estoy viendo que está pasando contigo. Eso de indeciso déjalo para otra cosa, tú no debes quemar a tu esposa ni con el pensamiento; si ella te dará dos hijos es porque te ama, olvídate ya de una vez por todas de esa vecina que, al parecer, no le importa su matrimonio, pues si ha hecho amistad con tu esposa es porque está buscando algo, y ese algo es destruir tu matrimonio, que puede salvarse aún.

Pon punto final a ese gusto que tienes por esa mujer y trabaja duro, lo que te espera es difícil. Da gracias a Dios de que tu mujer no se ha dado cuenta y dile que se aparte de esa vecina. No te busques problemas, te va a pesar por el resto de tu vida.