HISTORIAS
Ya veremos...

Redacción | DIAaDIA

Había una vez un campesino chino, pobre, pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo.

Un día el hijo le dijo: -¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.

¿Por qué le llamas desgracia? -respondió el padre. Veremos lo que trae el tiempo...

A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.

¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez el muchacho. Nuestro caballo ha traído otro caballo.

Por qué le llamas suerte? - repuso el padre. Veamos qué nos trae el tiempo.

En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.

¡Padre, qué desgracia! - exclamó ahora el muchacho. ¡Me he quebrado la pierna!

Y el padre sentenció: -¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!

El muchacho gimoteaba en su cama.

Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra.

Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que dar tiempo, para ver si algo es malo o bueno.

La vida da tantas vueltas, y es tan paradójico su desarrollo, que lo malo se hace bueno y lo bueno malo. Hay que confiar en DIOS, porque todo sucede con un propósito positivo para nosotros.

Ciudad de Panamá 
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