A pesar de los obstáculos que existen en el camino de la vida, el señor Arnold Antonio Berrío no se ha dejado vencer. A su avanzada edad, él ha encontrado la manera de salir adelante. Desde que dejó de trabajar en el gobierno, hace unos 10 años, se dedicó con su esposa a vender frituras los días domingos, en un puesto de cemento de color rosado, ubicado en la calle principal del sector E de Pan de Azúcar.
"Aquí vienen personas de todos lados a comprar las frituras, porque están muy buenas", dice con seguridad el señor Arnold.
Pero el negocio de las frituras no fue suficiente, y hace 8 meses inició a vender en el mismo local, materiales escolares, que los muestra en una mesa de madera, en la que se puede encontrar lápices, plumas, gomas y hasta jabón para las enfermedades de la piel, y todo es a un dólar; pero si tiene suerte puede llevarse una oferta de 2x1.
Con los útiles escolares, cuenta el señor Arnold que le va muy bien. Por día se puede hacer entre diez y quince balboas, que apenas le alcanza para los gastos de su hogar, conformado por su esposa y seis nietos, quien son su apoyo para levantarse todos los días y empezar un nuevo día.
El señor Berrío, quien sufre de cardiopatía y cáncer de pulmón, es un ejemplo de un hombre que no se deja vencer por los malos momentos que a veces ofrece la vida. Para él, las oportunidades que se presentan hay que aprovecharlas al máximo.
"En Panamá si hay oportunidades de trabajo, sólo hay que buscarlas", dice con entusiasmo el señor Arnold.
TODOS LOS DIAS
De lunes a lunes, puede pasar por aquí a comprar lo que necesite para la escuela. Los domingos puede aprovechar la venta de las frituras.
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