
En distintos pueblos de Coclé se realizan procesiones conmemorativas a la Semana Santa.
ARCHIVOS
En distintos pueblos de Coclé se realizan procesiones conmemorativas a la Semana Santa.
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En distintos pueblos de Coclé se realizan procesiones conmemorativas a la Semana Santa.
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Muchas familias preparan con antelación las cocadas y dulce de tamarindo para comerlas el Viernes Santo.
ELENA VALDEZ
En distintos pueblos de Coclé se realizan procesiones conmemorativas a la Semana Santa.
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Muchas familias preparan con antelación las cocadas y dulce de tamarindo para comerlas el Viernes Santo.
ELENA VALDEZ
En distintos pueblos de Coclé se realizan procesiones conmemorativas a la Semana Santa.
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Muchas familias preparan con antelación las cocadas y dulce de tamarindo para comerlas el Viernes Santo.
ELENA VALDEZ
En distintos pueblos de Coclé se realizan procesiones conmemorativas a la Semana Santa.
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Muchas familias preparan con antelación las cocadas y dulce de tamarindo para comerlas el Viernes Santo.
ELENA VALDEZ
En distintos pueblos de Coclé se realizan procesiones conmemorativas a la Semana Santa.
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Muchas familias preparan con antelación las cocadas y dulce de tamarindo para comerlas el Viernes Santo.
ELENA VALDEZ
Cosas que se acostumbra hacer
Otra de las tradiciones que se conservan en diferentes comunidades en Penonomé es que el Viernes Santo, a la media noche, uno de los miembros de la familia se levanta, preferiblemente el más adulto, y sale al portal de la casa para desahumarla, al igual que en cada cuarto.
Además, le coloca caraña en forma de cruz detrás de las puertas y hasta se confeccionan tres bolitas de caraña y se les da a tomar con agua a todos los miembros de la casa para proteger de los malos espíritus y vibraciones.
Testimonio
“Todo esto se hace en completo silencio para que no haya interferencias y luego que se hace esto, uno va donde están los árboles y aquellos que nunca han parido se les dan rebencazos con una rama para que den frutos el próximo año, todo esto funciona, pero se hace a la media noche y en completo silencio”, dijo Isabel Ibarra, un hombre que desde pequeño sus padres le inculcaron estas tradiciones y creencias para la Semana Santa, y aún las practica.
Ibarra señala que en su casa todos los años se hacen dulces para comer el Viernes Santo porque casi no se hace nada ese día, ya que es prohibido trabajar, ir al río, a la playa y por ello todos se quedan en casa disfrutando de los dulces que se han preparado unos días antes.
Asar pepitas es común
El asar pepitas de marañón es otra tradición que muchos practican el Jueves Santo, para que las mismas estén listas el viernes y comerlas, ya sea en dulce o solas. Esta es una tradición que les gusta mucho a los niños, pero hay que tener cuidado porque es peligroso, y por ello yo mismo les ayudo a los pequeños a asar las pepitas, dijo Ibarra.
“La verdad es que sí se han perdido muchas tradiciones, sobre todo en los pueblos, pero afortunadamente en los campos se continúa la tradición y muchas personas tienen respeto por la Semana Santa, aunque sí hay quienes no ven el valor real y deciden hasta trabajar y disfrutar en playas y ríos, cuando este no es el mensaje”, explicó.