Sillas y pupitres oxidados de la escuela Hernando Bárcenas, en el corregimiento de Lídice de Capira, fueron enterrados en dos fosas dentro del terreno del plantel.

La decisión de cavar las dos fosas, una de las cuales ya fue cerrada con tierra, fue tomada por el director de la escuela, Antonio Jaén, quien alegó que desde hace varios años ha estado solicitando que se realice el inventario de los bienes que por su deterioro o reemplazo quedaron fuera de servicio.

María Castro Tejeira, directora Regional de Educación en Panamá Oeste, evitó hacer comentarios e informó a través de su secretaria que antes tendría que hacer una inspección al área.

El director de la escuela, Antonio Jaén, indicó que muchas de las cosas enterradas han estado por años en el plantel, entre ellas armazones de sillas corroídos por el óxido; advirtió que, aunque existe espacio en la escuela, también hay riesgos por la acumulación de alimañas y mosquito trasmisor del dengue.

Una fuente a lo interno del MEDUCA explicó que para poder descartar los bienes en cualquier centro escolar, ya sea por deterioro o reemplazo, se necesita del concurso de la Contraloría General de la República y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para efectuar el inventario y decidir qué se hará con ellos.