El aumento del pasaje es el tema de moda, para mala suerte de los panameños.
Donde uno se meta, en alguna institución, en un almacén o hasta en el salón de belleza se escuchan las quejas de personas indignadas por ese real de más o, en el peor de los casos, de los hasta cinco dólares que hay que pagar en las rutas del interior del país.
No es para menos, a nadie le gusta que le toquen el bolsillo, como dice uno por ahí: "Estamos pa' sumar, no pa' restar".
Pero les soy sincera: aunque me pongo en los zapatos de los usuarios por tener que pagar más, también comprendo a aquellos conductores cada vez que van a la gasolinera y tienen que soltar un billete por la gasolina. ¡Ja!
Todavía no supero el día que, luego del último aumento fui a echar combustible, aún me duele el bolsillo y creo que seguirá mi dolor, pues las "malas lenguas" aseguran que hoy anunciarán un aumento más (espero equivocarme).
Las autoridades dicen que todo es provisional, ¡sí, como no! Me van a decir que después van a hacer que los conductores bajen lo que tanto les costó conseguir...
Bueno, señores, amanecerá y veremos adónde va a parar tanto aumento.
