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María y 'Nino' quedaron solos
El perro "Nino" parecía consolar a María; él estuvo acompañando a Prudencio cuando ocurrió la tragedia. (Foto:ROBERTO BARRIOS /EPASA)

Milagros Murillo F. | DIAaDIA

Aferrada a su perro "Nino", María Cristina Delgado, de 17 años, trataba de reprimir el llanto, mas sus lágrimas rodaban por su triste rostro tratando de asimilar que su padre Prudencio Delgado falleció.

Desde que estaba muy chica, don Prudencio se hizo cargo de su hija, razón por la que diariamente "doblaba el lomo" trabajando ya fuera limpiando patios, monteando (irse de cacería) o buscando oro para tenerle un plato de comida y pasaje para ir a la escuela.

Pero ahora, María, quien padece de un leve retardo mental, ha quedado prácticamente sola, sin saber qué será de su futuro. Ella cursa el octavo grado en el C.E.B.G. José De San Martín en Cerro Batea y, por lo pronto, sus tíos más cercanos cuidarán de ella. Esta familia reside en Nuevo Progreso, corregimiento de Alcalde Díaz.

El señor Prudencio salió de su casa a las 6:00 a.m. del lunes para irse a buscar oro en un área boscosa de la cabecera de Villalobos.

En tanto, María quedó a cargo de su vecina, pues él retornaría hoy, sin embargo, sucedió lo inesperado y en la mañana del martes, cuando cavaba la tierra, un talud con piedras se le vino encima y quedó sepultado.

Como en el lugar estaban otras personas realizando la misma labor, corrieron a auxiliarlo y, aunque lucharon por horas e incluso lo sacaron con vida, este falleció. Y es que, según explicaron sus amigos y vecinos, el lugar es muy inaccesible y el accidente ocurrió a eso de las 9:00 a.m., pero no fue sino hasta a eso de las 6:00 p.m. que lograron llegar a la vía principal de Villalobos. Lastimosamente, producto de las heridas que recibió en las piernas y el rostro, Prudencio no resistió.

El representante del área se acercó a la familia y se hará cargo de los gastos del funeral, que se hará en Montijo, provincia de Veraguas, pero María requiere de ayuda psicológica y apoyo para seguir con sus estudios y volver a vivir, ahora sin su padre.

VIVIA POR SU HIJA

Don Prudencio vivía para su hija María, de 17 años. Hacía unos 20 años se dedicaba a buscar oro para luego vender las pepitas en las joyerías y subsistir.





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