
La avioneta quedó en pedazos a un costado de la pista.
Fotos: R. BARRIOS/ N. GUTI?REZ/ J. SILOT
La avioneta quedó en pedazos a un costado de la pista.
Fotos: R. BARRIOS/ N. GUTI?REZ/ J. SILOT
La avioneta quedó en pedazos a un costado de la pista.
Fotos: R. BARRIOS/ N. GUTI?REZ/ J. SILOT
Se daban consuelo mutuo.
El sacerdote Aguilar llegó al sitio.
La avioneta quedó en pedazos a un costado de la pista.
Fotos: R. BARRIOS/ N. GUTIÉRREZ/ J. SILOT
Se daban consuelo mutuo.
El sacerdote Aguilar llegó al sitio.
La avioneta quedó en pedazos a un costado de la pista.
Fotos: R. BARRIOS/ N. GUTIÉRREZ/ J. SILOT
Se daban consuelo mutuo.
El sacerdote Aguilar llegó al sitio.
La avioneta quedó en pedazos a un costado de la pista.
Fotos: R. BARRIOS/ N. GUTIÉRREZ/ J. SILOT
Se daban consuelo mutuo.
El sacerdote Aguilar llegó al sitio.
La avioneta quedó en pedazos a un costado de la pista.
Fotos: R. BARRIOS/ N. GUTIÉRREZ/ J. SILOT
Se daban consuelo mutuo.
El sacerdote Aguilar llegó al sitio.
Palm y James Edward Smith fueron las víctimas de la explosión ocurrida a eso de las 8:00 a.m. de ayer; ellos realizaban un vuelo experimental y esperaban llegar a su destino en tres horas, afirmó Rafael Bárcenas, director general de la Autoridad Aeronáutica Civil (AAC).
La escena se tornó más triste cuando al poco tiempo llegaron al lugar familiares de los fallecidos, quienes se abrazaron entre ellos y expresaron su dolor con gritos y lágrimas. Y es que los cadáveres fueron consumidos casi en su totalidad.
Al lugar también llegó el padre Rómulo Aguilar.
La Dirección Investigación Judicial (DIJ) dio inicio a una investigación para saber qué provocó el hecho.