Juan Pablo II es el único Papa que reposa entre dos reinas, Cristina de Suecia y Carlota de Chipre, enterradas en las Grutas Vaticanas a pocos metros donde ayer fue sepultado el Pontífice polaco.

El detalle fue contado por el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, que precisó que la ceremonia de sepultura de Juan Pablo II concluyó a las 2:20 de la tarde (hora en Roma), y que el cuerpo sin vida del Papa descansa bajo tierra, en una caja cubierta con una sencilla lápida de mármol.

El féretro de madera de ciprés fue precintado con cintas rojas, en las que se pusieron los sellos de la Cámara Apostólica, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Papa y del Capítulo Vaticano.

La caja de ciprés fue encajada en otra de plomo de cuatro milímetros de espesor, y ésta a su vez encajada en otra de madera de olmo barnizada.

La alcaldesa de Wadowice, la localidad polaca donde nació Juan Pablo II, Ewa Filipiak, que estuvo presente en el funeral, contó que entregó un cofre al secretario personal del Papa, Estanislao Dziwisz, con tierra de la población para que fuera metida en el ataúd.

Las autoridades en Roma dijeron que jamás habían visto tanta gente inundando el país.

¿QUE SIGUE?

Tras el funeral y el entierro del papa Juan Pablo II, todas las miradas se dirigen ahora hacia el cónclave, la reunión de cardenales que comenzará el próximo día 18 y de la que saldrá el nuevo jefe de la Iglesia Católica.

De los 117 cardenales electores -aquellos menores de 80 años-, hasta el momento se ha confirmado la ausencia definitiva del filipino Jaime Sin, ex arzobispo de Manila, que padece problemas del corazón e hígado que le obligan a utilizar una silla de ruedas.

Las reuniones diarias que han mantenido los purpurados durante esta semana se han centrado en buena parte en ultimar los detalles de las exequias, pero una vez concluidas se ocuparán exclusivamente de la preparación del cónclave.