A punto de dar a luz y pasando una difícil situación. Así encontramos a Débora Salazar, una joven de 18 años, que junto a su madre, Carmen Luisa González, están privadas de su libertad en el Centro Femenino de Rehabilitación.

Los primeros días en el centro, fueron duros para Débora, pues nunca había estado tan separada de sus dos hijos, la niña de 3 años y el niño de 1 año. "En mi vida había quedado presa, ni en batida", dijo.

Débora alega que fue detenida injustamente, cuando le allanaron su casa en Buenos Aires, San Isidro, pero "no encontraron droga ni plata marcada, ellos dicen que hicieron una compra controlada y nos tienen presas". Agregó que la fiscalía le manifestó que están esperando hacer el peso de la droga, pues le levantaron un informe. Cuando la detuvieron Débora estaba embarazada. "En el cuartel del municipio de San Miguelito, tuve 4 días durmiendo en piso y me dio principio de aborto, estuve 8 días hospitalizada por eso", señaló.

Eso sólo fue una antesala a lo que encontraría en la cárcel. Allí duerme en una cama que siente más los hierros, que el pedazo de "polyfom" que la cubre. El lunes pasado se puso mal y la sacaron en la noche para atenderla. Débora se quejó de que ha pedido los medicamentos que le mandaron urgente, pero en el centro no se los dan ni tampoco le permiten darle la receta a sus familiares para que se los traigan. Carmen, es diábetica y ha estado junto a su hija en todo momento.

LE PREOCUPA

Los hijos de Débora están bajo la custodia de su abuela, que sufre de cáncer.