Irán comenzó a instalar 6,000 nuevas centrífugas en su planta de enriquecimiento de uranio, en Natanz, dijo el presidente Mahmud Ahmadineyad, en un paso que naciones occidentales calificaron de desafío a las demandas de la ONU de que Teherán suspenda el enriquecimiento. El canciller francés Bernard Kouchner calificó el paso de "peligroso".