¿Quién se imaginaría que la escultural Lorena Herrera mantendría su figura a punta de sacrificios? Lo que pasa es que nos enteramos de que la famosa actriz confesó que es una glotona sin remedio, sufre mucho por la gula, que a veces la hace comer indiscriminadamente. Fíjense que para poder controlarse le pide a sus empleados que no dejen a la vista panes, dulces, chocolates y nada que la pueda engordar, y cuando está en la calle evita ir a restaurantes, dizque para no pasar una vergüenza pública. ¿Se imaginan lo gorda que estuviera si no fuera famosa?
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