Todo sobre la boda real
El elegante vestido en tono blanco perla que lució Camilla para su enlace civil con el príncipe Carlos ha sido calificado como un "triunfo absoluto" por expertos en moda.

Redacción | DIAaDIA

Pese a todos los contratiempos que surgieron desde que el príncipe Carlos anunció que se casaría con Camilla, aún así se casaron. Así como leen, desde ayer Camilla Parker Bowles pasó de ser la amante eterna de Carlos de Inglaterra, a futura reina. Ya que usted no estuvo allá, DIAaDIA ha hecho un resumen de lo más importante que sucedió en la boda más esperada del momento.

LOS INVITADOS

Cerca de 700 invitados fueron los que asistieron a la Boda Real y pudieron participar, junto a los novios, de la felicidad de su decisión.

OBJECIONES

Se presentaron cerca de tres objeciones de última hora a la boda, pero fueron rechazadas por el registrador general adjunto. La que más llamó la atención fue la de un vicario anglicano de 56 años llamado Paul Williamson, quien adujo que el impedimento legal para que la boda no se realizara era que la Reina de Inglaterra había roto el voto que pronunció al ser coronada de preservar la doctrina de la Iglesia al consentir el matrimonio de dos divorciados.

JUNTO A LA REINA ISABEL

Tras casarse por lo civil con el príncipe Carlos, Camilla apareció ayer, por primera vez, junto a la reina Isabel II de Inglaterra en una foto oficial, después de años de relación tirante entre ambas.

NI BESO NI ABRAZO

No hubo ni beso ni abrazo en público, pero el príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles salieron del ayuntamiento de Windsor tomados del brazo y convertidos en marido y mujer, el sueño de su vida.

LOS HIJOS DE DIANA

Los hijos de Diana de Gales, los príncipes Guillermo y Enrique, se mostraron sonrientes y relajados en el enlace de Carlos de Inglaterra y Camilla, la mujer a la que el mundo acusó de romper el primer matrimonio de su padre.

EL VESTIDO

El elegante vestido en tono blanco perla que lució Camilla para su enlace civil con el príncipe Carlos ha sido calificado como un "triunfo absoluto" por expertos en moda. La ya duquesa de Cornualles, que se casó con el primogénito de Isabel II en una boda civil privada en el ayuntamiento de Windsor, llevó un bonito vestido a media pierna con abrigo a juego, además de pamela y bolso de mano, que recibió la aprobación general. "El color iba perfectamente con su color de pelo y con su tono de piel y todos los detalles han sido muy favorecedores", añadió una especialista en moda.

Para el servicio religioso, al que asistió la Reina, Camilla cambió de atuendo y se puso un vestido largo de seda en color azul grisáceo, con adornos bordados con hilo de oro y un tocado en los mismos tonos.

LA HISTORIA

El largo camino hacia el altar empezó en 1970, cuando un joven, Carlos, de 22 años, quedó cautivado por una tal Camilla Shand, de una familia de alta alcurnia que se codeaba con la realeza, en un partido de polo en Windsor. Dos años más tarde, los dos jóvenes se enamoraron. Ella le recordó al príncipe que su incipiente relación se asemejaba al lío amoroso de su bisabuela Alice Keppel y el bisabuelo de Carlos, el rey Eduardo VII (1841-1910). Pero la aventura amorosa de los dos jóvenes se truncó en diciembre de 1972, cuando el príncipe embarcó en un buque de la Armada británica para una singladura de ocho meses. En julio de 1973 Camilla se casó con un antiguo novio, el oficial de caballería Andrew Parker Bowles, con quien tuvo dos hijos, Tom y Laura, si bien se divorciarían en 1995. Carlos, afligido, escribió en una carta: "Supongo que pasará el sentimiento de vacío". Sin embargo, la llama de ese amor no se apagó y Carlos y Camilla continuaron su estrecha amistad, pese a ser ella una mujer casada. Fue Camilla, incluso, quien ayudó al hijo de la Reina a escoger como esposa a Diana y no a la hermana de la futura princesa de Gales, Sarah.

El 29 de julio de 1982, Carlos y Diana se casaron en la londinense catedral de San Pablo, en una boda de cuento de hadas. Sin embargo, el príncipe siguió frecuentando a su amiga. Tras el nacimiento de los príncipes Guillermo y Enrique, la sensación de crisis en el matrimonio real empezó a palparse en el Reino Unido. La alarmas sonaron en 1992 con la bomba informativa del llamado "Camillagate", la transcripción de una conversación telefónica muy íntima entre Carlos y Camilla. En la grabación, Carlos le confesaba a su amante su ardiente deseo de convertirse en su "tampax". La comprometedora cinta fue la gota que colmó el vaso, y en diciembre de 1992, el Gobierno británico anunció que el príncipe y Lady Di habían acordado una separación "amistosa". Isabel II, harta de un escándalo, exigió a su hijo el divorcio, formalizado en 1996. La muerte de Diana reforzó la imagen de Camilla como culpable del fracaso de su matrimonio.

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