Sandra: Gallina Fina
Sandra Selideth Sandoval Salamín.

Luis Trujillo | DIAaDIA

Se puede decir que es la cantante panameña más exitosa que ha dado esta tierra. Su meneo, su look camaleónico y su forma de ser han sido el sello que la caracteriza. Y desde la tierra del chiste, Monagrillo, en la calle La Dormidera, llegó para seguir triunfando a nivel nacional e internacional. Le hablamos, en efecto, de Sandra Selideth Sandoval Salamín, quien hace 35 años llegó a este mundo para poner el swin y el sabor a nuestra música típica, cosa que ella sólo sabe hacer.

NACIO CON MUSICA

La carrera musical de Sandra comenzó desde muy pequeña, porque aunque tiene más de 20 años en los escenarios, se puede decir que apenas nació ya escuchaba las notas musicales. Cuenta "Mama Lole", madre de Sandra, que el día que nació si hija (10 de abril), a las 5 de la tarde, le pusieron música. "Me pusieron un radio en la cabecera de la cama para que escuchara música, en ese entonces había un programa que se llamaba "Tardecita de mi pueblo", para que no me diera miedo el parto. Yo creo que eso influyó en el amor de Sandra por la música".

INFANCIA INOLVIDABLE

Milagros, una amiga, aseguró: "Era una niña normal, le gustaba jugar y hacer muchas amigas, pero como todo no es perfecto, nos cuenta que Sandra era quien mandaba. Y la misma Sandra corroboró estas anécdotas: "Me gustaba llevar la iniciativa de las cosas, alborotaba el grupo, también era quien decidía qué es lo que iba a jugar y a qué hora acababa. A pesar de que no me dejaban salir de la casa, muchas veces me escapaba para las casas de las vecinas a jugar, era algo así como callejera", agregó Sandra.

SUS CUMPLEAñOS

"Los cumpleaños de Sandra nunca se le celebraron, sólo se le hizo el bautizo cuando cumplió su primer año, se le mató un puerco y ya, de allí más nunca. Nunca se quejó porque veía el modo de vivir de nosotros que no éramos pudientes", dijo Mama Lole. De repente, los ojos de esa madre viajaron en el tiempo, y como si lo viese en una película, nos relató: "Recuerdo que para su quinceaños ahorré para comprarle la sortija y ya. Le hice un poquito de arroz con pollo, le hice un vestido bonito de encaje para que se tomara la foto y lo guardara". Pero lejos de frustrar esta situación, a Sandra la hizo atesorar cada sacrificio de sus padres.

LAS "INCHIPINCHIS"

¿Quién mejor que sus amigas para decirnos intimidades de la diva? Así fue que encontramos a Milagros Pérez, quien dice que es amiga de Sandra desde los 5 años. "Recuerdo el día que hicimos duros de coquitos de almendras, que nunca nos comimos". Otra de las anécdotas son las de Elizabeth Díaz, quien recuerda que Sandra se la pasaba cargándola, jugaban al "cocinaíto", pero cuando pasaba un rato, sólo escuchábamos a Mama Lole cuando repetía a gritos: ¡Sandra, Sandra, ven a practicar!".

¿Y EN LA ESCUELA DABA BOLAS?

A pesar de que no había fiesta o algarabía a la que no se matriculara, la verdad es que era una buena alumna, al menos eso nos confesó su maestra de tercer grado, Juana López de Samaniego. "Nany", como conocen a la maestra en Monagrillo, aseguró además que Sandra siempre sobresalió. Pero a nadie le pasaba por la cabeza que Sandra se convertiría en un ícono de la música típica: "Cuando niña estaba un poco desafinada, pero ella quería cantar y lo logró, nadie se imaginaba que fuera muy exitosa hoy. La maestra recuerda que le gustaba pararse en las sillas y hablar mucho, al punto que varias veces le tenía que llamar la atención.

SU MUSICA

Sandra nos dice que aunque no tiene un compositor de música preferido, en sus más de 13 CD grabados todos los temas que canta son porque los siente. Aclara que la mayoría de sus letras no tienen que ver con su vida personal. Nos confesó que cada vez que cantaba el tema "Confidencias" se le partía el corazón, ya que explica sus sentimientos como cantante: "La vida que yo llevo es una controversia, porque en el escenario siempre estoy alegre, y cuando el show termina todo es tan distinto, me siento tan sola, él no está conmigo...".

SU MEDIA NARANJA

Esos tiempos en los que se sentía sola son pasado, ya que ahora la acompaña ese ser que la venera y la trata como una verdadera reina: "Tavo", como cariñosamente lo llama. Aclara que el amor que existe entre ellos es muy especial, ya que representa ese amor maduro, responsable, que lejos de la espontaneidad que se siente a los 17, es más bien una relación de compresión muy bonita. "Considero que el amor es algo mayúsculo a mi edad, muy diferente al amor de 17 años", pues dice que a esa edad es una cosa bonita, pero es responsabilidad.

TODAVIA HAY EMOCION

Aunque Mama Lole está consciente del éxito de sus hijos, asegura que el orgullo que siente por ellos es tan grande que cada vez que los ve en acción su corazón se llena de regocijo, y hasta unas lágrimas se pueden asomar por sus mejillas, lágrimas de emoción: "No pensé que ellos llegaran al nivel de ahora, quedo "atoraíta" cuando ellos me llevan a esos eventos grandes, de verdad". ¿Qué les parece?

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