Ya es un hecho. Carlos y Camila son esposos ante la ley y ante Dios. Ha sido un amor "pulludo", como diríamos en buen panameño. Fueron más de 30 años de una relación a la sombra, que ahora, contra todo pronóstico, es legal. Sin la opulencia ni el glamour de su boda con Diana en 1981, Carlos saludaba junto a su Camila al salir de la capilla de Saint Gorge.
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