Es un mandato de la naturaleza: todos tenemos que envejecer. Aunque trate de hacer lo imposible para evitarlas, tarde o temprano se asomarán por allí las primeras muestras de sabiduría. Tranquila, aquí le damos unos consejos para que las atienda cuando lleguen:
Realice siempre el masaje de adentro hacia afuera, sin apretar demasiado.
No realice movimientos en círculos. Las cremas deben ser aplicadas en pequeñas cantidades. En esto, es mejor que falte y no que sobre. Use, preferentemente, la yema de los dedos.
Cuando quiera insistir sobre una arruga determinada, sujete con una mano la zona y con la otra efectúe los masajes. De esta manera, se estira la piel y se facilita la penetración de las cremas.
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