Abnegación y entrega
Ana María Pinzón. (Foto: Omar Batista / EPASA)

Joyce Baloyes | DIAaDIA

Su dedicación y esfuerzo los ve reflejados en sus hijos. Con una sabanilla blanca en sus manos, Ana María Pinzón cose afanosamente para terminar el bordado que le encargaron, mientras espera que uno que otro cliente compre algunas de sus buhonerías.

Esta dedicada madre y comerciante, tiene 18 años de estar en Calidonia frente a la antigua piquera de buses de Colón, vendiendo sus productos que salen lentamente.

Como no tenía trabajo, salió a vender zapatos y perfumes, actividad en la que ayudaba a su hermano Rolando; luego se dio cuenta de que podía venderlos para ella y comenzó.

Pero como las ventas bajaron, supo que tenía que ofrecer otro tipo de mercancía y puso en su mesa camisetas y toallitas bordadas, que hizo con sus propias manos.

En los mejores años, con vender un perfume de 35 dólares tenía el día hecho, pero ahora sabe que es duro que una persona compre uno a ese precio; por eso, los tiene desde 1 dólar.

TAMBIEN AYUDABAN

Ana María tiene tres hijos, Junier, Maicol y Yasuri (de mayor a menor), a los que nunca dejó solos en su casa en Veracruz. Siempre la esperaban en el puesto hasta el día de hoy.

Los ha educado a punta de buhonería. "Yo he trabajado con mis tres hijos, el más grande me ayudaba con los pequeños; por eso, ahora puedo decir que alcancé la victoria, porque se cuidan solos", dijo. Sin embargo, no los deja solos en la casa, siempre los lleva con ella.

Uno trabaja por sus hijos, porque en la casa no te va a llegar nada, dice esta madre.

Combina su actividad haciendo las sabanillas.

AFECTADOS

Antes eran pocos buhoneros en Calidonia, lugar que ha decaído con la salida de muchos almacenes.

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