Los chiricanos levantan la copa de la Liga Central.
Elisinio González G.
| DIAaDIA
En el libro sagrado del béisbol panameño hay momentos que tienen un valor especial, por ser acontecimientos que se esculpen por primera vez.
Como aquel primer juego sin hit ni carrera en un Campeonato Nacional de Béisbol Mayor que conquistó Miguel Tuñón (Panamá) en 1952 o aquellas dos finales que se disputaron por primera vez el año pasado bajo el formato de ligas (Nacional y Central).
Hoy, DIAaDIA vuelve a revivir la primera final de la Liga Central... aquella final que disputaron Chiriquí y Los Santos, quizás por pura casualidad, los mismos protagonistas de este año en la versión LXV del Torneo Mayor.
ARRANQUE SORPRENDENTE
El grito de "playball" estremecía el estadio Kenny Serracín en el primer partido de la final de la Liga Central, pactado al mejor de siete.
En una muestra de garra y coraje, Los Santos salió con paso arrollador, sorprendiendo al equipo de casa, por marcador de 4 carreras por 3.
En este primer juego, la tropa santeña conectó seis incogibles, contra diez de sus rivales.
La victoria fue para el refuerzo Rolando Herrera, con juego salvado para Camilo González; mientras que el derrotado resultó José Luis González.
Al día siguiente, ambos equipos invadieron el estadio Olmedo Solé. Ahora el ambiente favorecía a Los Santos, que jugaban en su patio y ante su gente.
Este incentivo extra lo aprovechó Los Santos, que volvió apuntarse un triunfo 7 por 4.
En esta ocasión, Los Santos se apoyó en su fuerte ofensiva, con 10 imparables, entre ellos tres cuadrangulares: uno de Jaime Jaén, otro de José Bravo, y el más importante de todos, el de Augusto Vergara, que fue con las bases llenas. El partido lo ganó Marcos Solís, lo salvó Camilo González y lo perdió Roger Serracín.
Los Santos, dirigido por Aristides Bustamante, ahora tenía ventaja de 2-0 en la final de la Liga Central.
AHORA EN LA CAPITAL
Los chiricanos esperaban una reacción de su novena ahora que la serie se disputaría en su totalidad en el estadio Nacional Rod Carew.
Al final los dirigidos por el cubano Alfonso Urquiola no decepcionaron a sus seguidores y triunfaron 3 por 2.
Fue un juego no apto para cardíacos, porque Chiriquí vino de atrás para empatar en la parte baja del sexto episodio (2-2), para luego ganar en el cierre del noveno.
Era el rayo de luz de esperanza que necesitaban los chiricanos para saber que aún la guerra no había finalizado.
Sin embargo, esa fe duró poco. Al día siguiente, la furia santeña volvió al ataque con 10 imparables, para llevarse un triunfo por tablero de 6-4.
Los Santos decidió el partido en el tercer episodio, cuando anotaron cinco carreras, después de estar abajo 4-1.
Era un golpe casi mortal... el golpe que colocaba a Los Santos a una victoria de llenarse de gloria en final de la Liga Central.
REMONTADA TRIUNFAL
Las champañas ya habían sido enfriadas para celebrar a lo grande. Todo era felicidad en los aficionados santeños que ya bailaban y gozaban al son del tamborito.
Pero en esto del béisbol, hay un viejo adagio que dice que "nadie puede cantar victoria hasta que caiga el out número 27".
Abajo en la serie 3-1, Chiriquí conquistó una victoria en el cuarto partido por tablero de 4 por 2.
Roger Serracín tuvo una buena labor monticular en siete episodios y un tercio para ser el victorioso; mientras que Edwin Saldaña fue el derrotado.
En el sexto juego, la gran figura resultó ser Víctor Preciado, quien pegó un batazo de cuatro esquinas para guiar al triunfo a Chiriquí 3 por 2.
Era evidente que el empuje que traía Chiriquí nada ni nadie lo podía detener.
¡Y así sucedió! En el último y decisivo partido, los chiricanos desplegaron una ofensiva de 11 imparables para ganar 12-2, por abultamiento de carreras en ocho episodios.
EN EL 2007
Chiriquí sonó 54 hits y 3 jonrones en la final de la Liga Central del año pasado; mientras que Los Santos pegó 55, con 4 cuadrangulares.