Los feligreses llegaron desde temprano a orar. Eran las 8:00 a.m. de ayer y poco a poco iban llegando personas de distintos lugares para participar de las ceremonias del Viernes Santo, que se realizaron en la Basílica Menor Don Bosco.

En la parte interna estaban listos los actores, quienes eran jóvenes de 15 a 25 años. Unos tranquilos, otros nerviosos y tratando de repasar el guión.

Había quienes les daban el último toque con pintura de "spray" a la corona que le pondrían a Jesús para que se viera más real.

El último ensayo lo hicieron desde la entrada de los estacionamientos hasta la parte en donde estaba el escenario a la crucifixión.

Nicolás Knapp, quien actuó de Jesús en el drama de la Basílica Menor Don Bosco, confesó que la experiencia lo hizo reflexionar más de la vida que tuvo el Hijo de Dios. "Todos los días le dedicaba tiempo para practicar y llenó mi vida de regocijo. Era una meta que me había puesto", expresó.

A las 10:00 a.m. la iglesia fue abierta y las personas entraron para escuchar las reflexiones del día, que duró casi una hora. Afuera, otras personas aprovechaban para comprar inciensos a fin de realizar los tradicionales saumerios.

A las 11:00 a.m. las personas se preparaban para caminar junto a los chicos que participaron del Vía Crucis en vivo. Estaba vez no caminaron por la ruta tradicional, sino que empezaron frente de Novey y bajaron hasta la iglesia para hacer el resto de las estaciones dentro del patio de la iglesia.

El joven Knapp, quien representó a Jesús, tuvo que pintarse una barba, pero a medida que avanzaban las escenas, solo quedaba un pedazo de barba y para el final, en el calvario, la barba se le había borrado.

A cada momento, las personas lloraban tras ver las escenas de dolor. Al final, los jóvenes fueron elogiados por su empeño y dedicación.

PARTICIPAN

Ayer, se notó el protagonismo de muchos jóvenes en las actividades eclesiales.