¿Quién no ha llegado a pensar que está solo en este mundo y que las cosas le salen mal? Tal vez ha pasado por tu mente que Dios está lejos de ti, pero te equivocas.
Dios nunca ha dejado de estar a tu lado, ni en la salud, ni en la enfermedad, ni en abundancia ni en escasez. El abrigo de sus alas ha sido una constante sobre tu vida. ¡Dios ha sido bueno! cuando el camino se tornó intransitable y pedregoso, y la mano injusta y acusadora se enfiló contra tu vida buscando herir tu autoestima e integridad, Jesús estaba allí acariciando tus sienes.
Qué maravilloso es saber que el Señor no mira en la misma dimensión del hombre, que no retribuye de acuerdo a nuestros pecados y que es amplio en perdonar y grande en misericordia.
Dios ha sido tu protección, cuando el dolor y la amargura amenazaban con destruir tus ilusiones, cuando la enfermedad tornaba más agresiva y terminal, y la soledad y el abandono eran tus únicos compañeros.
Dios camina contigo en todos los tiempos. Él te arropa con su paz cuando eres víctima de la injusticia y la persecución, y tus pasos se hacen lentos y dolorosos.
El Maestro siempre camina contigo. Sus brazos son tu refugio, cuando hablan mal de ti, te sientes débil y se acaban todas tus fuerzas.
Cualquiera que sea la necesidad o condición, Dios siempre te acompaña.
Mantén tu corazón centrado en la presencia de Dios, sentirás la respuesta y promesa amorosa de Dios.
Sólo orando descubrirás la verdad de esa maravillosa oración, que señala, "Dios siempre está contigo.