Cuando niña yo vivía en el campo, cerca de un río, y cada vez que se celebraba Semana Santa, era un calvario, pues casi no podíamos movernos, porque según mis abuelos, las actividades cotidianas como bañarse y otras se convertían en un peligro durante esa semana y se acentuaban más el Viernes Santo.
Durante muchos años este y otros mitos se convirtieron en una interrogante para mi, lo que me llevó a investigar cómo nacieron y de dónde llegaron.
En estas investigaciones pude conocer que todos los mitos de Semana Santa, llegaron a América con los españoles.
Los introdujeron como una forma de lograr la conversión de los nativos a la religión católica. Estos mitos o creencias fueron pasando de padres a hijos y aún se encuentran muy arraigados en la cultura de los creyentes católicos.
Entre estas creencias o mitos podemos mencionar los siguientes:
- Bañarse en el mar, en la madrugada del Viernes Santo, atrae la buena suerte.
- No ir a los ríos a nadar, porque se puede convertir en pez.
- Pegarle con una correa a los árboles el Viernes santo y sin hablar con nadie, logra que echen fruta.
- No subirse a los árboles porque se puede volver mono.
- No viajar durante la noche, porque los demonios sueltos se apoderan de las personas.
- No maltratar animales los Viernes Santo porque pueden hablar.
- Se cree que el árbol higuerón sólo florece los Viernes Santo y aquel que recoja la flor debe enfrentarse al Diablo.
- De esta mito también sale que todo aquel que quiera hacer trato con el Diablo, sólo tiene que recoger la flor del higuerón y obtendrá fortuna y felicidad que le proveerá el diablo.
Ciertos o falsos, muchas personas creen en ellos, pero lo primordial en Semana Santa es la reflexión y el recogimiento espiritual.
|