
Se siente orgullosa de su trabajo.
Fotos: EVERGTON LEMON
Se siente orgullosa de su trabajo.
Fotos: EVERGTON LEMON
Se siente orgullosa de su trabajo.
Fotos: EVERGTON LEMON
Sus tortillas son muy buscadas entre los visitantes de la CSS.
Vende las tortillas enteras y en porciones.
Sus tortillas son su carta de presentación.
Su día de trabajo termina cuando vende todas las tortillas.
Se siente orgullosa de su trabajo.
Fotos: EVERGTON LEMON
Sus tortillas son muy buscadas entre los visitantes de la CSS.
Vende las tortillas enteras y en porciones.
Sus tortillas son su carta de presentación.
Su día de trabajo termina cuando vende todas las tortillas.
Se siente orgullosa de su trabajo.
Fotos: EVERGTON LEMON
Sus tortillas son muy buscadas entre los visitantes de la CSS.
Vende las tortillas enteras y en porciones.
Sus tortillas son su carta de presentación.
Su día de trabajo termina cuando vende todas las tortillas.
Se siente orgullosa de su trabajo.
Fotos: EVERGTON LEMON
Sus tortillas son muy buscadas entre los visitantes de la CSS.
Vende las tortillas enteras y en porciones.
Sus tortillas son su carta de presentación.
Su día de trabajo termina cuando vende todas las tortillas.
Se siente orgullosa de su trabajo.
Fotos: EVERGTON LEMON
Sus tortillas son muy buscadas entre los visitantes de la CSS.
Vende las tortillas enteras y en porciones.
Sus tortillas son su carta de presentación.
Su día de trabajo termina cuando vende todas las tortillas.
Ella es herrerana y se siente muy orgullosa se haber aprendido de sus abuelos y padres la manera de ganarse la vida vendiendo estas gustadas tortillas asadas.
Para Florentina, este trabajo es una pasión familiar, ya que compra el maíz en el Mercado de Abastos y luego se lo lleva para su casa donde los corta, muele y prepara para que en la madrugada pueda salir de su casa con las “changas” calientitas y listas para vender.
Ella vive en Chilibre, pero eso no es impedimento para que esté todos los días en el Complejo de la Caja de Seguro Social en Transístmica, a las 5:00 a.m., lista para vender su delicioso producto casero.
Por medio de la venta de las tortillas, esta señora ha sacado adelante a sus cuatro hijos, quienes asegura son hombres de bien y tienen una profesión para sacar adelante a sus propias familias. Para Florentina, eso es un orgullo.
Según esta herrerana, no todos los meses son buenos para vender las “changas”, porque en febrero siempre escasea el producto y ella tiene que buscar otros trabajos para subsistir este mes, porque como dice ella: “No soy mujer de quedarme quieta”.