Con sus gafas de sol y amable sonrisa, Francisco De Gracia habla de su experiencia como vendedor de guineo por más de 17 años.
Al verse sin empleo por la venta de la compañía donde trabajaba y ante la crisis del año 87, Francisco inició su pequeño negocio gracias a un amigo que se dedicaba a madurar guineos, ubicando su puesto en el Camino Real de Betania.
Francisco se despierta todos los días a las cuatro de la mañana para llegar a su trabajo a las seis, donde vende su producto a los muchos clientes que les gusta empezar su día con esta rica fruta.
En su casa en Gonzalillo, Alcalde Díaz, le esperan su esposa y cuatro hijos, que van de los 21 hasta los 14 años, a quienes ha sacado adelante con mucho esfuerzo y dedicación.
Pero su labor no se limita a vender guineos, ya que Francisco también se dedica a hacer trabajos de jardinería en los alrededores de Betania, esto lo ayuda a contar con otra entrada económica adicional.
Pese al arduo trabajo de este humilde trabajador, siempre se le encuentra con una sonrisa.
Igualmente, se siente orgulloso de decir que a sus clientes se los ganó ofreciéndoles un producto de buena calidad, lo que ha asegurado que lo tengan en gran estima.
Prueba de ello es que un día un señor -al que sólo conocía de vista - se le acercó y le regaló un televisor de 24 pulgadas.
"Nunca pensé quedarme aquí vendiendo, fue algo que inicié mientras pasaba la crisis económica en el país, pero me ha ido bien", dijo.
A pesar de que las ventas han bajado, Francisco no se rinde y no pierde la oportunidad de decirle a todo aquel que se sienta derrotado que no se deje vencer por no conseguir lo que desea, ya que siempre habrá una salida satisfactoria a los problemas.
A SUS CLIENTES
Al terminar la entrevista con Francisco, éste le mandó un saludo a todos sus clientes de Betania.
|