Coleccionistas y peregrinos atiborraron las oficinas de correos del Vaticano para comprar las estampillas especiales del interregno papal, es decir, el período que comenzó con la muerte de Juan Pablo II y terminará con la elección de su sucesor.

Las estampillas llevan la inscripción de "sede vacante" sobre la imagen utilizada tradicionalmente por el Vaticano en sus documentos oficiales de interregno: dos llaves cruzadas, pero sin mitra. Los sellos dejarán de utilizarse con la elección de un nuevo pontífice.