
En esta humilde casa, cerca a un río, viven padre e hijo. Vecinos alegaron que a Orozco le gusta beber licor.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En esta humilde casa, cerca a un río, viven padre e hijo. Vecinos alegaron que a Orozco le gusta beber licor.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En esta humilde casa, cerca a un río, viven padre e hijo. Vecinos alegaron que a Orozco le gusta beber licor.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En esta humilde casa, cerca a un río, viven padre e hijo. Vecinos alegaron que a Orozco le gusta beber licor.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En esta humilde casa, cerca a un río, viven padre e hijo. Vecinos alegaron que a Orozco le gusta beber licor.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En esta humilde casa, cerca a un río, viven padre e hijo. Vecinos alegaron que a Orozco le gusta beber licor.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En esta humilde casa, cerca a un río, viven padre e hijo. Vecinos alegaron que a Orozco le gusta beber licor.
Foto: ROBERTO BARRIOS
Orozco mantenía una herida en la espalda, mientras que Cruz tenía cortadas en el rostro, labios y cejas. Ambos estaban ensangrentados de la lucha que habían sostenido.
Los vecinos al ver la situación, evitaron salir de las casas por temor y llamaron a las unidades de Policía quienes llegaron al lugar y trasladaron a los heridos al Hospital Docente de la 24 de Diciembre.
Algunos vecinos manifestaron que es común ver en esa familia ese tipo de discusiones, que siempre les causa angustia, porque temen que un día resulte una tragedia entre padre e hijo. Mientras que, los familiares evitaron dar declaraciones sobre el incidente.