Marcado por su pasado
Vladimir cuenta su vivencia al resto del equipo. Algunos jóvenes ex pandilleros desean que la sociedad los integre. (Foto: Omar Batista / EPASA)

Marianelys Ucros | DIAaDIA

"Ya estoy cansado de tanto desprecio", a diario eso es lo que siente Vladimir Quezada, un joven ex pandillero que desea con todas las fuerzas de su alma que la sociedad no lo aparte más por lo que hizo en su pasado.

Hace tres meses, este joven, desesperado por tanta necesidad, decidió entregar hojas de vida en todos los almacenes de uno de los centros comerciales más grande de la capital.

En todo el camino, este joven sólo sabía rezar, pidiéndole a Dios que no lo dejara solo y que las personas no lo despreciaran.

LA FELICIDAD LE DURO 48 HORAS

A Vladimir sus plegarias le dieron resultado, porque un almacén requirió sus servicios. Al día siguiente, empezó a trabajar. Ya tenía varias responsabilidades y su trabajo era estar en el depósito del almacén cargando cajas de un lado para el otro.

Estaba muy entusiasmado y hasta tenía muchas ideas buenas por hacer junto a su familia. Este joven señaló a DIAaDIA que no le importaba cargar cajas, con el simple hecho de trabajar estaba feliz. Al segundo día de trabajo, se da cuenta de que su jefe lo está mirando bastante extraño; de repente, se le acerca y le dice que estaba despedido por sólo por vivir en Santa Ana.

Vladimir empezó a llorar y a suplicarle que no lo despidiera, ya que él desea demostrarle a todos que vale mucho y necesita otra oportunidad. Pero nada funcionó.

Este ex pandillero manifestó que la sociedad no los acepta por su pasado, pero que ellos quieren demostrar que de verdad han cambiado.

AYUDA

Quezada ahora forma parte de un plan de resocialización que impulsa la Junta Comunal de Santa Ana.

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