Jorge Ortega, de 29 años, quien padecía de problemas físicos y mentales, murió ayer después de permanecer encerrado por más de 10 días sin comer en su residencia, construida de hojas de zinc, en Villa Escondida de Pedregal, en la provincia de Chiriquí.

Según vecinos del lugar, era costumbre que la madre del joven fallecido lo dejara solo y encerrado en la casa, sin importarle los problemas de su hijo.

La pequeña casa donde murió Jorge, sólo cuenta con una entrada y varias ventanas que permanecían siempre cerradas, por donde según algunos vecinos, en ocasiones, le introducían comida al joven.

Eligio Gómez, quien vive al frente del lugar, comentó que en una ocasión vio al muchacho solo en la parte de afuera de la casa y le dio un plato de comida, pero la madre se molestó y le pidió que nunca más lo hiciera, porque su hijo no tenía que andar pidiendo.

Por su parte, la corregidora de Pedregal, Anayansi González, señaló que recibió hace más de un mes las quejas de los moradores. Ella fue al lugar, y se sentía un olor fétido, pero llamaron a la madre, que regresó enseguida.

El fiscal delegado del Ministerio Público de David, Eduardo Ríos, indicó que el joven estaba enfermo y desnutrido. Aseguró que el cuerpo presentaba estado de abandono de más de cinco días, y se pudo corroborar que el joven estaba encerrado.