El júbilo de Ana
Ana Batista. (Foto: Iván Uribe / EPASA)

Evidelia Velásquez | DIAaDIA

Desde hace nueve años, Ana Batista labora en su propio kiosco, ubicado en el Parque Summit.

La aventura comenzó cuando su papá consiguió una máquina de hacer hielo-loco, y les dijo que les tenía un negocio.

Desde ese momento empezó a trabajar en ese lugar, vendiendo hamburguesas, hot-dogs, empanadas, sodas y, su especialidad, chorizos asados.

Para Ana Batista, estos nueve años han sido muy buenos, ha logrado sobrevivir junto a su familia y, según ella, hasta ahora no le ha faltado nada.

Considera que su éxito se basa en el arduo trabajo que realiza todos los días y el entusiasmo con que lo hace.

Ana llega a las 8:00 de la mañana al parque, de martes a domingo, y se va cuando sale el último de los visitantes.

Las hamburguesas las prepara ella misma, a la vista del cliente, y procura que nadie tenga quejas de su servicio, pues cada vez que atiende a alguien, le regala su mejor sonrisa; dice que de ese modo la gente se va muy contenta y regresan al lugar.

Cuando hay eventos especiales, Lisbeth, una de sus hermanas, la ayuda en todo. Pues el negocio es muy visitado por las personas que van al parque, pues ya saben que allí encontrarán de todo para picar y comer.

PRODUCTOS

En el kiosco de Ana usted puede encontrar: agua, hielo-loco y de todo para picar.

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