Las niñas o adolescentes aceptan este negocio por pobreza, droga o baja autoestima. (Foto: Archivo / EPASA)
Viola Guevara Gallimore
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Una realidad. La explotación sexual comercial a menores de edad es un delito y se da cuando una persona paga dinero a otra menor de 18 años o a una tercera persona llamada "proxeneta" a cambio de que este menor realice alguna actividad sexual. Estas actividades pueden ser videos o fotos pornográficas donde salgan niños o adolescentes, ya sea para venderlas o para uso personal.
También el utilizar a menores de edad en espectáculos privados o públicos para adultos es considerado como una explotación comercial.
En Panamá se realizó el segundo estudio de tolerancia social para identificar la percepción de las personas ante esta falta.
Ante el conocimiento de lugares donde se dan estos delitos, Panamá pasó de un 19%, resultado del estudio realizado en el 2005, a un 25% de personas que conocen de lugar donde se dan estas irregularidades.
Dentro de este estudio se conoció que en el país no todas las personas denunciarían a los proxenetas o explotadores, que son los que están cometiendo el delito, desconfianza en el sistema por temor. Resultó que un 20% de los encuestados no harían nada al momento de detectar esta falta, a otros, simplemente no les importa.
Eisleys Vásquez, secretaria de la Comisión Nacional para la Prevención de los Delitos de Explotación Sexual (CONAPREDES), manifestó que hace falta más sensibilización por parte de la sociedad.
Este delito se da más en niñas de todas las edades por igual.
DESCONFIANZA
En el estudio resultó que un 41% de los encuestados desconfía del sistema al momento de denunciar.