Rossana Uribe, Annette Clement y Mingtoy Giro fueron las mujeres que mejor han conducido programas revista en este país. Cada una, con su estilo, gústenos o no, se convirtieron en marcas de sus respectivas pantallas y no había manera de no escuchar su nombre y relacionarlas con sus productos televisivos.
Eso se logra cuando hay un fuerte posicionamiento del producto televisivo con su conductor.
En el caso de Stilos, sus productores y conductores convirtieron eso en algo horriblemente extraño que no se sabía si era una revista dominical, un show de juegos absurdos, un espacio de reguetón o un programa de idolatría a su conductora; lo que sí era evidente es que cerró como un programa sin pie ni cabeza.
Después, Madelaine Leignadier y Marisela Moreno se atrevieron a volver con una revista diaria llamada Tremenda Mañana.
Lo que está pasando con los programas revista es penoso, porque están demostrando improvisación constante y, lo que es peor, ¡al aire! Están demostrando poco conocimiento de televisión, nulo respeto a la trayectoria, y aunque en los canales muchos crean que la trayectoria no es importante, la audiencia les está demostrando que sí.
En Tu Mañana, por ejemplo, los números de audiencia van de mal a peor desde que "se fue" Karen Chalmers. Aquí lo dije y el tiempo me volvió a dar la razón. En televisión lo que funciona no se mueve , y cuando se mueve se analiza bien, se crea un proyecto que no perjudique a lo que ya se tiene y se hace una transición en pantalla del talento saliente con el entrante, para que en la audiencia sea imperceptible el cambio.
Chalmers no es la mejor conductora de televisión, pero sí es una muy buena conductora. Ella representaba en ese programa a la mujer aspiracional. A la mujer de 40 años que se ve bien, que trabaja, que es madre y que sigue estando, siendo, viéndose y creyéndose atractiva, moderna, inteligente e independiente.
En otras palabras, lo que aspira a ser toda mujer moderna. Aunque digan lo contrario para justificar su salida y contradecirme, Karen es querida por carismática, por natural, por arriesgada, por loca, porque sabe conectarse muy bien con la gente, frente y detrás de las cámaras, y porque era el balance generacional en ese show. Punto.
En 'A Gusto', el problema, además de sus conductoras que transmiten frivolidad, arrogancia y nula humildad, es que el programa, reitero, causa 'Dis-Gusto'. No hay ni buenos reportajes, ni buenas entrevistas ni buena producción y esto es imperdonable porque detrás de este show están productores con experiencia dentro y fuera de Panamá. Aunque a mí no me gustaba Agustín Clement por todo el cobre que se le salía, él era pieza clave.
Conclusión. Tu Mañana no me deja A Gusto y A Gusto me causa un Dis-Gusto. Amén control remoto... ¡Amén!
