
Lombardo está en casa de un hijo.
Fotos: JES? SIMMONS
Lombardo está en casa de un hijo.
Fotos: JES? SIMMONS
Pero a la vez es un día triste para el “Hombre de Hierro” o la “Máquina Incansable de Panamá”, como fue bautizado por periodistas jamaiquinos del Daily Gleaner por haber implantado un récord en las cinco y nueve millas, en una competencia realizada en ese país caribeño en 1936.
Es triste, porque su cumpleaños lo pasará sin su amada esposa, Lelia Tomasa Arosemena Ardila de Lombardo, con quien lleva 72 años de feliz matrimonio, porque debido a una enfermedad, está en el Hogar Los Años Dorados.
A pesar de su edad, don Lombardo tiene una memoria de elefante y con gran emoción recuerda que se casó con su amada un 3 de junio de 1939. Con su memoria lúcida como la de un jovencito de 20 años, recuerda que conoció a Lelia en el restaurante que sus padres tenían en Fort River, Colón. Al ver que ella no le hacía caso, cambió su estrategia y se hizo amigo de sus padres y con el pasar del tiempo se hicieron novios y después de un año de compromiso se casaron.
A pesar de que no están juntos por la enfermedad de Lelia, cuando puede la visita y siempre carga dos fotos de ella en el bolsillo de su camisa.
Por si fuera poco, ayer realizó una misa en la parroquia de San Antonio, donde pidió por la salud de su esposa y por la memoria de sus padres y los de su amada.
Al cumplir hoy 95, lo que más desea Lombardo es cumplir muchos años más y que Dios lo siga bendiciendo con mucha salud, porque expresó que no le da ni catarro.