Desde que se inventó, la televisión vino a revolucionar la vida de las familias en todo el mundo. La realidad es que la televisión puede aportar beneficios a los niños, pero también implica riesgos y efectos no deseados. Por eso, es necesario tener una política coherente de acceso a la TV, para que los adultos tengan control de lo que ven los más pequeños en casa.
RECOMENDACIONES:
- Sólo permita programación de calidad, y no más de dos horas por día. No deje que niños de 2 años de edad o menos, vean la televisión.
- Vea los programas nuevos antes que los niños, así evita exponerlos a contenidos no deseados y se previenen conflictos.
- Prefiera programas que generen interés en otras actividades, como leer, hobbies o vida al aire libre.
- Con los deportes, aclare la importancia de practicarlos.
- Encienda la televisión para ver programas específicos.
- No la encienda "para ver qué hay".
- Cuando sea posible, acompañe a los niños a ver sus programas.
- Estimule actividades a partir de lo visto en el programa.
- Evite terminantemente los programas con violencia explícita.
Tenga presente que los niños necesitan tiempo suficiente de juego activo para desarrollarse física, mental y socialmente y la televisión no contribuye a ello.
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