Confesiones de un pescador
Bellaco se alista para obtener la carnada, que es esencial para tener buena pesca. (Foto: Félix Corella / EPASA)

Rubén Polanco | DIAaDIA

Quizás a esa hora usted estaba durmiendo. Mientras, en el puerto de El Chorrillo, este "lobo de mar" se preparaba para salir a buscar el pescado que tal vez, sin saberlo, usted tuvo en su mesa para Semana Santa.

Los tanques de gasolina y el motor, fueron las primeras cosas que subió al bote. Luego, las demás herramientas necesarias: cuerdas, trasmallo, vasijas, comida, remos y salvavidas. La marea alta indicaba que iba a ser un buen día.

Era de madrugada. Casi las 5 a.m., del pasado miércoles. Serafín Márquez, de 72 años, se dispuso a partir en medio de un intenso frío, luego de que varios de sus colegas hubiesen salido a la faena en sus respectivos botes.

Esta vez, dejó a sus ayudantes, pues le dio la cortesía a los reporteros de DIAaDIA para vivir la experiencia del trabajo de un pescador en el mar. En el mismo puerto, ya se siente el olor a marisco, que es una antesala a lo que se espera mar adentro.

HASTA LA CARNADA FUE DURA

"Bellaco", como le dicen a Serafín, puso a andar el motor fuera de borda, en medio de la oscuridad. El camino ya lo conoce.

De un lado sólo se veían las luces de la Calzada de Amador. A medida que fuimos avanzando, nos acercamos a las boyas de la ruta del Canal de Panamá. Allí estaban los enormes barcos que utilizan la vía acuática.

En el "camino", nos topamos con varios botes que habían tirado trasmallos en una extensa área. Eso fue antes de llegar al área conocida como Palo Seco. Allí fuimos en busca de una buena carnada: las sardinas.

Serafín ancló su bote. Sacó su red y empezó a tirar. Casi una hora y nada de sardinas. A los lados, varios botes hacían lo mismo y nada. Unos optaron por irse a otro lado a buscar la carnada. "Esos que tienen sus trasmallos allí tirados, espantan las sardinas, a veces uno llega y de un sólo tiro sacas toda la carnada", dijo. Nos movimos a otro punto. Tirando y tirando y nada.

De pronto, uno de los botes más cercanos, recogió su extenso trasmallo. A los pocos minutos, Bellaco sacó su red llena de sardinas. Eso probaba que era cierto lo que decía. Hizo tres tiros más y partimos. Ya había suficiente sardina para pescar.

UNA DURA FAENA

Nos trasladamos hasta el sector de Don Pinvoy. En el trayecto, los tres fuimos desayunando. Es lo que siempre hacen los pescadores, luego de recoger carnada; "mastican algo" para tener energías, dijo el experimentado pescador. Al llegar, Bellaco volvió a fondear su bote, preparó el área para pescar, sacó todo lo necesario y los tres con hilo en mano, colocamos carnada en el anzuelo y empezamos a pescar. El sol empezaba a asomarse.

La nueva tripulación de DIAaDIA, debía ayudar en la pesca a Bellaco, por tanto seguíamos sus instrucciones. "Cuando sientan que la cuerda jala, tírenla duro, que esa no es su hermana", decía en alusión al momento en que el pez mordía el anzuelo. Y así fue, el primero en pescar fue uno de los ayudantes, principiante en estas lides. Recogió lo más rápido que pudo y allí estaba: era un pargo rojo de casi 3 libras y media. El otro no se quedó atrás y también sacó sus buenos pescados.

Poco a poco fueron cayendo. Quien más pescaba era Bellaco, su experiencia era notoria. Hubo un pez que le rompió la cuerda y se le llevó el anzuelo. "Ahh sí, ahora te agarro", dijo. Y así fue, a los pocos minutos, gritó sonriendo: "aquí está, te lo dije". Era una "picuda".

Lo que más pescamos fueron pargos rojos, también había barbudos, corvina, sierra y catarnica. El sol empezó a calentarse, causando desgaste físico; el vaivén del bote por el oleaje también estropea. Es duro estar sentado por tanto tiempo en un bote incómodo, de eso fuimos testigos. De pronto sucedió algo que ya nos había comentado Serafín. Una lancha de la seguridad de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), se acercó a los botes que estaban pescando en el mismo sector con cuerda. Al ver al fotógrafo haciendo las tomas, llegó hasta nosotros y saludó. El seguridad conocía al fotógrafo, luego de los saludos le dijo en tono despectivo y con rostro serio: "entonces, ahora trabajas para esta gente", a lo que le contestó: "no, no, tranquilo estamos haciendo un reportaje". Luego se despidió, se fue y no lo vimos más en todo el día.

PERO, ¿QUE ESTA PASANDO?

Según Márquez, varios pescadores han tenido fuertes enfrentamientos verbales con la seguridad de la ACP, porque no los quieren dejar pescar ni después de las boyas, pues a veces los echan más afuera y los amenazan con llevarlos presos. "Antes, cuando estaban los americanos, nos fondeabamos pegados a la boya y hasta los mismos militares nos ayudaban con la pesca, sólo nos exigían que todo estuviese limpio; ahora los mismos panameños nos quieren perjudicar a nosotros", indicó.

Una fuente de la ACP informó que no es cierto que se les impida pescar en el área, lo que se prohíbe es que pasen del otro lado de las boyas y estén en la ruta del Canal, debido a que si viene un barco, no los va a ver y ellos no tendrán la rapidez para salir.

Agregó que la Corregiduría les prohibió pescar con trasmallos en esa área y que fueran más allá de las boyas, porque interfieren en la operación del Canal.

LA PRODUCCION FUE BAJA

Fue cayendo la mañana y los peces dejaban de morder el anzuelo. Recogimos cuerda y nos fuimos hasta el sector de El Palo, donde ya otros botes de pesca se habían adelantado.

Serafín quería más pargos rojos, pero luego de casi una hora de estar allí no pescaba nada. Dimos vuelta atrás y llegamos hasta Charco Azul. Ya había pasado el mediodía. Como se podía, y sin soltar la cuerda, Serafín iba comiendo algo de lo que había llevado: frutas, jugos, emparedados y agua.

Allí estuvimos hasta casi las 3: 30 p.m. Se sacó algo de pescado, pero no lo esperado. Finalmente, Bellaco decidió retirarse, antes que "las olas empezaran a reventar más fuerte".

Llegamos hasta El Chorrillo, con casi 30 libras de pescado. "Una producción muy baja, el promedio en un día debe ser de 100 libras", decía este humilde pescador. Pero para nosotros fue bastante, tomando en cuenta que era la primera vez. "Con esto no saqué ni lo que gasté en gasolina, la pesca para este tiempo está muerta", señaló.

MARINO DE HACE MUCHOS AñOS

Márquez se inició en la pesca en los años 60, con unos amigos que trabajaban con él en la zona del Canal de Panamá, donde se desempeñaba como marino.

Es jubilado y pesca de lunes a sábado. El pescado lo vende a la Cooperativa de Pescadores El Chorrillo, a la que pertenece; si allí no se lo compran, entonces va al Mercado del Marisco.

La Cooperativa vende a precios del Mercado del Marisco o a veces más barato. Independientemente del costo del combustible y la poca pesca, él no sube el precio a los distribuidores. "El pescado está a B/. 1.25 en adelante, dependiendo de la calidad", indicó.

A veces sale a pescar de noche y amanece en el mar, regresa al día siguiente. Dice que muy poco se duerme, cuando descansan es por un tiempo breve.

Cuando llueve y hay mal tiempo, si los peces siguen picando, se meten en los huecos del bote y siguen pescando. Lo que más pescan para este tiempo son pargos rojos, sierra y picudas.

Ya conoce los sitios de pesca, por la experiencia adquirida. A veces se mueve lejos, llega hasta Taboga, Otoque, Valladolid, Chepillo, dependiendo de la corriente que haya.

Dijo que hay sitios en que los peces pican con la marea baja, otros con la alta; el lugar de pesca depende de la marea. Bellaco prefiere la cuerda, antes que el trasmallo, porque es más divertido.

Recuerda que hace un tiempo, cuando había pescado, se recogía de 500 a 1, 000 libras de pescado en una marea, pero ya eso para conseguirlo, hay que ir muy lejos.

Serafín recordó que una vez en Taboguilla se le dañó el motor, eran 4 tripulantes y quedaron anclados como hasta las 7 p.m., cuando unos amigos los fueron a buscar. Eso fue hace dos años. De hecho, ahora es fácil la comunicación: Basta con un celular. Come toda clase de pescado, no hay uno especial. No ha sufrido enfermedades, sólo está quemado por el sol.

COSTOS DE UNA PESCA

Un bote gasta actualmente de 15 a 20 galones de gasolina y más, dependiendo de la distancia que recorre.

  • El pescador gasta de 3 a 4 dólares en el desayuno y el almuerzo.

  • El bote debe pintarlo cada 4 meses, el galón de pintura para la parte externa cuenta más de 50 dólares.

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