La antorcha olímpica concluyó ayer su recorrido por Islamabad entre grandes medidas de seguridad, en un evento a puerta cerrada para el público en el que no se ha registrado ningún incidente.
El complejo deportivo Jinnah, situado en el centro de la capital paquistaní, acogió una ceremonia en la que se desplegó un fuerte contingente de fuerzas de seguridad y a la que asistieron unos 8.000 invitados.