No tiene ratos libres. Un día normal en la vida de Balbina Herrera empieza a las 4:30 a.m., hora en que se levanta, y termina a más tardar a las 12:30 a.m. cuando se va a acostar.

Su casa, ubicada en el corregimiento de Ancón, es muy sencilla, sin mayores lujos, porque para ella lo más importante es una casa acogedora donde pueda pasar buenos momentos con su familia, según dijo.

A pesar de su sencillez, no hace oficios domésticos, porque le queda poco tiempo, pero lo que sí le gusta es arreglar y mantener muy limpia su casa.

En su vivienda, no hay grandes decoraciones de diseñadores famosos, más bien lo que hace es comprar muchas revistas de donde saca lo que le gusta y usa para arreglar su hogar.

La ingeniera Herrera se considera una amante de las pinturas, por eso cuando le gusta un cuadro, los abona poquito a poco hasta que los termina de pagar. Sus pinturas las ha ido adquiriendo en los últimos años, además, les gusta comprar mucho los cuadros de artistas que están empezando su carrera.

Adicionalmente, tiene muchos cuadros que le han regalado, y su casa está llena de fotos de sus hijos y biblias. También tiene un rinconcito muy especial en su casa donde tiene un cuadro grande de la madre Teresa de Calcuta con muchos santos.