Una mujer común, pero no corriente. A pesar de ser candidata a la Presidencia de la República de Panamá, y de haber logrado todas las metas que se ha propuesto en la vida, Balbina Herrera, como ser humano, es humilde y sencilla.

El hecho de haberse criado en un barrio marginal como Curundú, tal vez sea la razón que la convirtió en la mujer que es hoy día, pues afirma que esta experiencia influyó de forma positiva para salir adelante.

El haber nacido en un ambiente rodeado de pobreza y de muchas carencias, no fue un obstáculo para soñar en que podía llegar a tener algo mejor en su vida. A cumplir su propósito ayudó el apoyo y la crianza con mano de hierro que le dio su madre.

En su vida lo más importante son sus hijos y su familia, porque como jefa de familia, ella ha sido un elemento fundamental; pero al hablar de sus nietos, una gran sonrisa llena su rostro.

Balbina no vacila al hablar de todo el amor que tiene para darles a sus nietos, a los que describe como hermosos, y por los que asegura que en la vida no se les quiere dos, sino tres veces.

Pero no todo en la vida ha sido bonito, pues llevar una agenda muy ajetreada, por la que pasa muy poco tiempo en su casa, ha afectado la vida de sus hijos de una forma total, a veces de manera negativa.

Y es que al ser una mujer que tuvo que salir a trabajar y llevar una vida muy activa, descuidó mucho la atención y el tiempo que le daba a ellos, por lo que hoy se lamenta.

"El tiempo perdido nunca se recupera, dijo con tristeza la mujer, la madre, el ser humano, no la dirigente política.