En 12 años, más de mil 500 niños han sido ayudados por Casa Esperanza. Yamileth Arosemena DIAaDIA. Niños trabajadores. Son muchos los que por la difícil situación económica en el país, se ven en la necesidad de salir a la calle a trabajar o a pedir limosna, con el fin de ayudar de alguna manera a sus padres a llevar el sustento al hogar. Los hay de diferentes edades, provenientes de las áreas más marginadas del país, que tienen que dejar de estudiar para emprender un nuevo rumbo en sus vidas: trabajar, al igual que un adulto, para poder comer.
Los podemos encontrar en los supermercados, en los diferentes semáforos, en los buses, vendiendo todo tipo de artículos que les generen ingresos.
NIñOS EN LA CALLE, UNA REALIDAD INEVITABLE
Lo vemos a diario. @ A pesar de su corta edad, muchos son obligados a trabajar por sus familiares para poder vivir; como es el caso de los hermanitos Carmen y Junier Robinson, quienes se dedican a la venta de pepita asada de marañón en la avenida Central, para ayudar a sus padres. Viajan todos los días desde La Chorrera, para trabajar en las tardes después que salen de la escuela. Los dos estudian y cursan el quinto y tercer grado, respectivamente; es dura la situación en la que viven, pero en medio del esfuerzo que realizan, manifestaron que su sueño es llegar a ser una maestra para ayudar a los niños, y un policía para atrapar a los ladrones.
Otro caso que también se da mucho es el de niños pidiendo limosna, como Nohelí Rodríguez, que con tan sólo siete años se ve en la necesidad de pedir dinero junto a su abuelo ciego, en la Plaza 5 de Mayo.
Nohelí lo explica así: "Ayudo a mi abuelo porque él no puede caminar solo, y así la gente le da más dinero".
UNA LUZ EN EL CAMINO
Una de las organizaciones dedicadas al rescate del niño en la calle, y cuyo objetivo es que éste vuelva a la escuela, es "Casa Esperanza", que desde hace más de 12 años se encarga de ayudar a los pequeños trabajadores a cambiar de alguna manera sus vidas, dejando atrás la responsabilidad de trabajar, que es de sus padres, y volver así al papel que deben desempeñar, que es estudiar, como niños que son.
Casa Esperanza se encarga de educarlos por medio de diferentes programas, permitiendo que el niño descubra y desarrolle sus talentos.
El licenciado Ramón Alemán, director Ejecutivo de esta entidad, señaló que para tal fin ejecutan diversos programas; entre éstos, el de Atención Integral a la Niñez y Adolescencia, en donde todos los niños que asisten son atendidos en diferentes áreas, como la nutricional, en la que son alimentados con desayuno y almuerzo, con el fin de que recuperen el peso ideal.
Luego pasan al área de Salud, en la que reciben tratamientos médicos oportunos para evitar cualquier enfermedad; seguido del área educativa, en la que son ayudados por docentes a realizar sus tareas escolares y, por último, el área de deporte, cultura y recreación, para que el niño conozca sus habilidades, aprendiendo a competir sanamente.
Otro de los programas es el de Orientación Familiar, donde los padres participan obligatoriamente en charlas que les permiten lograr una mejor comunicación con sus hijos, brindándoles así una buena educación.
TESTIMONIO VIVIENTE
Una gran alegría es la que se desborda en los rostros de los niños que acuden a Casa Esperanza, en Samaria, uno de los siete centros en donde atienden a más de 90 niños, entre las edades de 3 a 17 años, divididos en diferentes grupos: Pre escolar, medio y adolescentes, en donde se le apoya al niño por medio de talleres de educación formativa; además de brindarle cursos de computadoras para que puedan aprender, estando actualizados.
Muchos de estos niños manifestaron a DIAaDIA su deseo de continuar en Casa Esperanza, que desde muy pequeños los ha acogido, viéndolos crecer, y a muchos les ha transformado la vida, luego de ser rescatados de la calle.
Cada año, los educadores de Casa Esperanza contactan en calles y mercados a unos 600 niños y niñas, quienes son referidos a centros de Atención Integral o a albergues temporales, para luego ser incorporados al sistema educativo. El 90% aprueba su año escolar.
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