Ojo con los "ferry"
Los estudiantes tienen sus buses preferidos, porque tienen mejor sonido y están bien decorados. Ese lo corretean aunque esté hasta el "tope en gente".

Rubén Polanco | DIAaDIA

La necesidad va de la mano con el desorden. Esa es la realidad que impera en los "diablos rojos" que hacen colegiales hacia tres escuelas públicas de Paitilla.

Estudiantes de la escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía, Richard Newmann y el colegio José Antonio Remón Cantera aprovechan su estancia dentro de estos buses, donde sólo pueden ir uniformados, para despejar su mente e incluso los desórdenes llegan a ser extremos, pudiendo ser esto una de las causas de los embarazos en adolescentes.

Tanto los directores de escuela como las autoridades del Tránsito coinciden en que estos buses brindan un apoyo a la gran cantidad de estudiantes que muchas veces no pueden tomar un bus de Boca La Caja o Panamá Viejo porque estas rutas no se dan abasto.

Sin embargo, el desorden dentro de los buses es difícil de controlar. Los adolescentes inducidos por los conductores y los llamados "pavos" de buses actúan indebidamente.

Situación diferente se da en el Instituto Comercial Panamá, donde los colegiales que hacen los viajes conocidos como "ferry" transportan no sólo a estudiantes, sino también a profesores y administrativos de este plantel, debido a que no hay buses de ruta que pasen por este colegio. Acá no se dan esos desórdenes.

DESENFRENO TOTAL

Los mismos estudiantes reconocen que dentro de estos buses hay un excesivo desorden y mucho se comenta sobre eso. Dagoberto Almengor, director del Colegio José Antonio Remón Cantera, señaló que "hay comentarios de que fuman y toman dentro de esos buses. Un estudiante no debe estar en ese tipo de acciones".

DIAaDIA siguió en dos ocasiones a uno de estos diablos rojos y los comentarios se confirmaron. La música estridente a todo volumen, los estudiantes gritando "vulgaridades" y el chofer del bus participando del desorden.

Las adolescentes sentadas encima de las piernas de los jóvenes y hasta con las faldas arriba, gritando al chofer que acelere el bus.

El otro día, el jueves 14 de abril, en la misma parada de estos colegios, para sorpresa de los conductores de los diablos rojos, los inspectores de la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre estaban a la espera de aquellos que no tenían su revisado al día.

Pero al momento del decomiso de las placas se formó una pelea entre una multitud de estudiantes. La corredera de aquí para allá se hizo presente, las jóvenes gritaban y algunos muchachos cruzaron la vía corriendo en medio de los autos que iban y venían, los cuales tuvieron que detenerse para no atropellarlos. Mientras que otros compañeros, arriba de un bus en marcha, abrían la puerta trasera para que se montaran. Los policías de menores brillaban por su ausencia en ese momento.

DURO DE CONTROLAR

Ovigildo Herrera, subdirector de la ATTT, señaló que cuando se dan estos desórdenes dentro de los buses la responsabilidad recae en principio en los conductores, que deben parar el bus en la garita de Policía más cercana y pedir apoyo. "Si ellos participan también con los estudiantes, entonces todos deben pagar", dijo.

Para Dalia Lee, subdirectora del Richard Newmann, ésta es una situación difícil de controlar y parece un mal de nunca acabar. Dijo que "es algo no visto, a las chiquillas les encanta andar en esos buses y con los pavos".

Lee sostuvo que le tienen prohibido a los buses detenerse en la parada del Richard Newmann. La autoridad de ellos con los estudiantes es dentro del plantel, pues, una vez que salen, quienes deben estar vigilantes son los policías de menores. Indicó que las autoridades de Tránsito deben estar vigilantes de esos buses para reducir un poco los desórdenes. Almengor coincide con la profesora Lee en el sentido de que la ley sólo los faculta para imponer el orden dentro de la escuela, aunque reconoció que "el problema es que los muchachos también se prestan para este tipo de cosas, no se comportan bien".

SI ESTAN REGULADOS

Los buses que hacen de colegiales hacia Paitilla deben tener un permiso expedido por la ATTT, el cual es para una hora y fechas estipuladas. Tiene una validez que puede ser de 30 a 60 días.

Quienes estén interesados deben entregar información referente al certificado de operación, generales del bus, de los conductores y establecer los horarios y la ruta de donde salen para ir a las escuelas.

Herrera sostuvo que los permisos tienen un tope, y este año no han sido expedidos todos, porque el periodo escolar apenas está empezando. Además, antes de emitir un permiso, el equipo técnico de la ATTT hace un estudio para verificar que en verdad es necesario.

En cuanto al pasaje, existe un mutuo acuerdo entre los estudiantes y conductores para cobrar 25 centavos. Aunque Herrera señaló que "si hay discrepancias y nosotros estamos presentes, si el estudiante quiere pagar 10 centavos, puede hacerlo". Advirtió que este año vigilarán más estos buses.

Sobre este particular, Herrera explicó que están a la espera de que salga publicado en Gaceta Oficial la resolución JD 03 del 24 de febrero, la cual fue aprobada en Junta Directiva de la ATTT y dicta sanciones más estrictas.

La resolución autoriza el decomiso definitivo de los aparatos de sonido y la detención por cinco días del bus. Además, las sanciones por llantas lisas aplican a todo tipo de vehículos.

NO ESTAN AUTORIZADOS

Caso distinto se da en el Instituto Comercial Panamá. Acá no hay desorden; sin embargo, la necesidad es más urgente, pues no hay buses de ruta que pasen por el plantel.

El servicio de los viajes conocidos como ferry lo prestan buses colegiales desde la vía Transístmica a la vía España. Tanto estudiantes como profesores y administrativos se benefician con esto. El costo del pasaje es de 10 centavos.

Sin embargo, los colegiales no están legalmente autorizados por la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre y llevan varios años de prestar el servicio.

En operativos realizados recientemente, la ATTT descubrió que estos colegiales que hacen ferry sólo tienen un permiso de la dirección del plantel. Herrera manifestó que "legalmente ellos no están autorizados, aunque si lo solicitan, a través del director de la escuela, analizamos la situación y estaríamos dispuestos a darles su permiso".

Daniel Ortega, director del Instituto Comercial Panamá, explicó que desde el año 2001, a solicitud de los mismos conductores, su administración ha sido garante de la organización. El grupo que está prestando el servicio debe presentar copia del certificado de operación, registro único vehicular, copia de la cédula y licencia del conductor.

Aclaró que la dirección a su cargo envió una nota a la Policía Nacional para que brindara el apoyo a estos colegiales que hacen ferry. Ortega dijo que "las autoridades del Tránsito deben intervenir en esto para que verifiquen que toda la documentación sea real y puedan expedir los permisos".

EDUCADORES, A CONVERSAR

Para la psicóloga Geraldine Emiliani, los desórdenes estudiantiles en los buses tienen que ver con la cultura de los panameños y, en el caso que nos ocupa, los adolescentes "carecen de madurez" para evitar el desorden.

Reconoce que es difícil controlarlo, pero Emiliani recomienda a los docentes tomarse unos 20 minutos dos veces a la semana, antes de la hora de salida, para conversar y dialogar con los estudiantes. También formaría grupos estudiantíles para discutir este tema, recalcó.

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