Decenas de miles de enardecidos palestinos acompañaron ayer, hasta su última morada, al jefe de Hamas, Abdelaziz al Rantissi, el orador que sabía incendiar a las masas y exaltar las pasiones. Envuelto en la bandera verde de Hamas, los restos mortales con el rostro descubierto de Rantissi, fueron trasladados a hombros por activistas del movimiento radical.
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