Mientras que hay muchos estudiantes que son exigentes con sus padres, supuestamente para poder estudiar, hay quienes sólo piden una oportunidad para superarse, sin importar que su uniforme esté completo o que sus útiles escolares no sean nuevos.
CON ESTILO PROPIO
Esa es la gran enseñanza que compartió con DIAaDIA Dayra Domínguez, estudiante de IV grado del Centro Básico General de Bermejo, una escuela que está ubicada en el área montañosa del distrito de La Pintada.
Y así como ella, son varios los alumnos que acuden a este "centro del saber" en chancletas, con los pies cenizos del fango, y corren por los pasillos, descalzos como si nada.
SIN CALZADOS, ES MEJOR QUE NADA
Hasta los maestros se han adaptado a verlo así, pues tal como cuenta el maestro Abraham González, "es mejor que ellos asistan a la escuela así, a que se queden en casa sin aprender y siendo una carga más para sus familias".
La niña Dayra Domínguez relató: "no me importa venir a la escuela en sandalias. Yo sólo quiero estudiar y seguir aprendiendo para ser una profesional. Esos son los zapatos que mis papás me consiguieron para venir a clases. También otros niños vienen así".
Durante nuestra visita a este plantel educativo, se notó que no hay burla entre los estudiantes y se convive en mucha armonía.
SU DIETA Y HERMANDAD
Desde su humildad, los maestros y padres de familia de esta comunidad nos invitaron a un almuerzo, el cual consistió en arroz blanco, ensalada de pepino con sal y lentejas sancochadas. Cinco minutos más tarde, cuando ya habíamos terminado de almorzar, una de las maestras llegó con salchichas fritas.
En Bermejo no hay energía eléctrica, por ende, es común sólo acompañar las comidas con carnes enlatadas.
POBLACION
La comunidad estudiantil de Bermejo tiene 61 estudiantes en aulas multigrados.
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