Siempre hay algo honrado que hacer. Guillermo Espinoza, mejor conocido como "Parará", es un digno ejemplo de un hombre luchador que ve la vida con optimismo.
Aunque su profesión tiene que ver con panadería y repostería, "Parará" lleva ya 14 años dedicado a la buhonería.
Dice que dejó el trabajo de panadero, porque no le gustaba que le dijeran que olía a agrio "y vino la época en la que uno sacaba mercancía directa de la Zona Libre y me dediqué a la buhonería".
Entre altas y bajas, con el alza de los precios de algunos artículos, "Parará" se siente satisfecho del trabajo que realiza de lunes a sábado, de 7 de la mañana a 7 de la noche.
Esta ardua tarea, que realiza a diario con su cajeta y mochilas repletas de artículos para vender, le ha permitido mantener a su familia, conformada por su esposa y sus 3 hijos, que residen en la barriada Doña Mireya, en el distrito de Capira.
Lo más curioso del negocio de "Parará" es que su clientela es selecta, ya que él se mueve entre personal de salud, ya sea del Centro de Salud de Capira y el Hospital Nicolás Solano y la Región, corregidurías y alcaldías.
En su cajeta lleva galletas, chocolates, horquillas de cabello, papas, toallas y, para los enfermos, pasta de dientes, rasuradora y jabón.
A pesar de su relación con la gente de salud, confiesa que nunca le ha interesado conseguir trabajo en este sector, "porque es un sueldo que lo haría morirse de hambre".
Tampoco se ha decidido a montar un negocio fijo, porque la experiencia le ha enseñado que aquí hay que esperar que el cliente llegue y hay que pagar impuestos; mientras que cuando se desplaza de un lado para otro, las personas se antojan y compran. Es verdadero ejemplo de voluntad para salir adelante.
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