HISTORIAS
No corres solo

Redacción | DIAaDIA

En 1992, los Juegos Olímpicos de verano se celebraron en Barcelona, España. Uno de los corredores de la carrera de 400 metros planos era un atleta inglés llamado Derek Redmond, que había entrenado durante años para competir en las olimpiadas.

Pero mientras corría a toda velocidad bajo un calor moderado, de repente se lastimó el tendón de la corva y se desplomó en la pista con mucho dolor.

Decidido a seguir, Derek logró ponerse de pie. Iba cojeando hacia la meta cuando su padre descendió por la pared y saltó a la pista.

Antes de que nadie pudiera detenerlo, Jim Redmond llegó a donde estaba su hijo. El joven corredor se apoyó sobre el hombro de su padre al tiempo que se tambaleaba para terminar la carrera.

Toda la multitud se puso de pie y vitoreó a los dos hombres.

Cuando cruzaron la meta, fue como si el corredor, su padre y los espectadores lo hubieran logrado juntos.

Ese día nadie recordó quien llegó de primero, quien sobresalió, ni tan siquiera recordarán quienes competían, pero lo que sí es cierto es que recordarán a aquél que llegó para competir y que hasta el final lo hizo, sin importar si sería o no vencedor.

Así es tu vida, como una carrera. Persevera hasta el fin, siguiendo el ejemplo de aquellos que han ido antes que tú.

Necesitarás todo el vigor espiritual para terminarla, pero no corres la carrera solo. Tu Padre celestial te ayuda a llegar a la meta, y cuando la termines, ten por seguro que te sentirás como un ganador y esto te ayudará a ser un verdadero ejemplo de los demás.

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