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El rostro de los emberá
Miran hacia el futuro. (Foto: : Gonzalo Bocanegra/Jesús Simmons)

Jesús Simmons | DIAaDIA

Con sus pieles pintadas, algunos hombres con taparrabos y las mujeres con una paruma, colorida pieza de tela enrollada alrededor de la cintura, conviven los emberá con los “latinos” (personas que no son indígenas) en la comunidad Nueva Esperanza de la 24 de Diciembre.

Allí hay unas 11 familias emberá. A simple vista se nota la pobreza en que viven, esa misma pobreza que trataron de dejar atrás cuando emigraron de su comarca en la provincia del Darién.

Niñas de 16 y 17 años embarazadas, otras que daban pecho a sus bebés es denominador común en esta comunidad, puesto que casarse y tener hijos a muy temprana edad es normal para ellos. Por eso, muchas de las emberás no terminan la escuela y en casos extremos jamás asisten.

"El 98% de nuestra gente vive en extrema pobreza y un 30% nos vemos obligados a emigrar a la capital en busca de mejores días”, expresó Edilsa Degaiza, una indígena emberá que vive en el lugar.

Ellos dejan todo por educación, acceso a los servicios básicos y en busca de oportunidades.

Hasta julio del 2007, según estadísticas de la Contraloría General de Panamá, la población era de 9, 397, solamente en la comarca emberá.

Cuenta la historia que estos indígenas llegaron a Panamá en el siglo XVIII, provenientes del área del Chocó en Colombia.

Luego del establecimiento de los emberás, considerada una de las etnias más importantes del Darién, se crea la comarca Emberá.

Muchas de las reservas indígenas están a lo largo de las orillas de ríos navegables, como el Chucunaque, Jaqué, Tuira, Sambú y Balsas.

COSTUMBRES

La pintura y los bailes son representaciones autóctonas de los emberás, que se caracterizan por bailar en grupos en fiestas y ceremonias.

Sus bailes son acompañados por la música producida por el acordeón, flautas, tambores y sonajas.

Se acostumbra a ejecutar este baile en ceremonias y rituales muy importantes como la ceremonia de la pubertad, o de la chicha cantada.

En general, para todas las zonas emberás, el uso de la pintura se da, tanto en hombres como en mujeres (preferiblemente solteros), como la manifestación estética más fuerte. Se lleva según el uso requerido, con un valor cotidiano o ritual y con motivos de acuerdo con el contexto y las necesidades de comunicación con lo esencial. La base de esta pintura es de color negro obtenida de la fruta del árbol guipará.

Es muy normal ver cómo estos indígenas que viven alejados de su comarca luchan por mantener su cultura y sus costumbres e inculcan la importancia que tiene a los más jóvenes.

ARTESANOS

La confección de artesanías es otra de las grandes habilidades que tienen los emberás, por lo que son maestros en la talla de la tagua (semilla utilizada para hacer artesanías) y el árbol de cocobolo, usado para hacer figuras de animales y canastas.

Al son de la danza de la hamaca y el visitaflor estas personas solo desean ser tomadas en cuenta por el gobierno, para que los ayude a salir adelante, para así dejar de ser los panameños más pobres de Panamá.

GOBIERNO

Los emberá están regidos por dos tipos de autoridades: la tradicional, que incluye a los caciques generales y los congresos regionales que tienen autoridad dentro de la comarca y la pública, reconocida por el gobierno estatal, conformada por los gobernadores, alcaldes y corregidores.





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