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Entre el acordeón y el volante
Andrés Amaya.

Franklyn Robinson | DIAaDIA

Un cantante de la música típica que, a pesar de las bajas que ha tenido este género en Panamá, se ha mantenido, es Andrés Amaya o "Andresito", como se le conoce desde niño a este nuevo exponente, que ha crecido en La Mesa de san Martín, pero cuyas raíces son netamente interioranas.

La vida de Andrés no ha sido un lecho de rosas, pues aunque desde niño a menudo tenía tiempo para ir al río, no todo era diversión, ya que creció a base del trabajo. Cuenta Andrés que en aquellos tiempos su padre trabajaba como constructor y él lo ayudaba "para ganarme unos reales".

También trabajó en la pequeña finca en las montañas en el área Este que su padre tiene y en la que han podido criar algunas vaquitas

LLEGO LA MUSICA

Empezó en la música como vocalista a las 16 años imitando la música de Victorio Vergara y de Alfredo Escudero, que eran los artistas más pegados en esa época. En el 98 arranca en firme su carrera con el conjunto de José Luis Rodríguez como cantante, luego vocalizó para el grupo de Jonathan Chávez y tuvo oportunidades con Manuel de Jesús Abrego. Luego de un tiempo, aprendió a tocar acordeón, lo que sumado a su talento natural de cantante, le ayudaron a abrirse camino en el mundo de la música típica.

Lo del acordeón fue casi por necesidad, pues recuerda el joven que en una ocasión, el acordeonista del grupo al que pertenecía llamó para avisar que no podía asistir a un toque programado para el pueblo de Canclón en Darién, y en ese momento todos voltearon a mirarle, tuvo que reemplazarle, aunque sólo se sabía 8 piezas, entre ellas el tema "Nuestro Angel Guardián", el cual tocó en varias ocasiones a petición popular.

Pasada esta experiencia, se planteó la posibilidad de crear su propio grupo y, en 1999, se lanzó a tocar con su conjunto al que llamó los "triple A"

Según Andrés, a las personas les encantó el estilo del grupo y cómo interpretaban los temas de Victorio. Gracias a ese toque, le siguieron saliendo otras presentaciones musicales en Panamá Este y Arraiján, y cada vez que tocaban guardaba algo para grabar su disco. Después de conseguir algo de dinero, entró al estudio para presentarle al mercado su primera producción "Mundo de fantasía" , un CD que salió con el apoyo de Abdiel Núñez, quien le ayudó a arreglar los temas e incluso le cedió uno de su autoría. El sello disquero que les dio la mano fue G Producciones, que pertenece al señor Dumas Torrijos, muy conocido por ayudar a los tipiqueros panameños y ser uno de los pocos empresarios que los apoya para sacar discos compactos.

LOS PROBLEMAS

Con el primer disco les fue bien y luego sacaron otro, pero lamentablemente nunca salió al mercado, porque tuvieron muchos inconvenientes con los equipos y decidió irse a cantar con Manuel de Jesús Ábrego. "A mi concepto, en los cuatro años que estuve cantando con Manuel, me fue bien, aprendí mucho y tuve muchas oportunidades. Me di a conocer bastante y gente que por medio de mi conjunto no me conocía, me conocieron con Manuel", comentó Andrés.

Estando junto a Manuel grabó cuatro discos musicales que fueron muy buenos.

FUE TAXISTA Y ES BUSERO

Aunque no lo crean, la vida da muchas vueltas y para darle de comer a su familia, el tipiquero entró al negocio del transporte. Primero fue taxista y ahora es propietario de un bus de la ruta 24 de Diciembre.- Vía España, que se llama Andresito Jr. "Lo he manejado varias veces, pero solamente doy una vuelta, porque cuando doy dos o tres me canso. Me aburren los tranques, pero me gusta ese trabajo", comentó.

Tuvo la oportunidad de grabarle la canción "Dice", de Pamela Cortez. "Esa canción yo se la grabé a ella en versión típica. En esos tiempos ella no estaba tan pegada como ahora, que todos se desviven por sus canciones", dijo el cantante, de 27 años de edad.

Él escribe sus propias canciones y el tema de Julio Jaramillo "Nuestro Juramento", del primer CD, fue muy gustado. Este tema fue grabado también por Charlee Zaa y fue idea de Dumas Torrijos, que Andrés cantara este tema en género típico. En los toldos cada vez que la cantaba, las parejas se "emperipollaban" y bailaban en un sólo mosaico.

SU FAMILIA

Actualmente está casado con Eva Lizari de Amaya, que está embarazada, esperando su próximo bebé. "Estoy muy enamorado de ella, toda su familia me ha aceptado muy bien. Apoyan mi profesión, ella ha cambiado mi vida y le agradezco muchas cosas. Aún en el ultrasonido no se ve si será varón o niña", dijo el cantante, agregando que lo que hace falta para que haya otra explosión de la música típica es el apoyo de las emisoras, que los empresarios inviertan en ellos. "Grabar CD no funciona más, se gana más por toque. Lo que nos funciona es llevar canciones a la radio. Yo lo que hago es grabar y llevar un tema a las emisoras cada dos meses. Y luego grabo un disco con los temas que entregué".

ALGUNAS ANECDOTAS

Con actitud sincera nos dijo que no ha sido nada fácil esto de ser artista, pero su gesto expresa un gran gusto por la profesión que ha escogido. Con una gran sonrisa recordó que a su primera acordeón sus amigos le llamaron "la ratonera", por las malas condiciones en que estaba. En una ocasión, nos confiesa, en pleno baile quedó con una parte del acordeón en una mano y en más de una ocasión tuvo que irse a su casa con dos o tres dólares de un toque. Como anécdota recuerda que "una vez, un recogedor de botellas le gritó, como a las dos de la madrugada, ¡aploma Andresito, que no he recogido nada todavía!, ya que el baile esa noche estuvo muy malo".

Con esta confesión dio por terminada la entrevista este talentoso tipiquero.

ANDRECITO ESTA AGRADECIDO DE TODO EL APOYO RECIBIDO DE SU COLEGA ABDIEL NUñEZ

Antes de entrar en la música, unos de sus trabajos fue lavar jaulas de pollos en una gallinera y un buen día le pidió a su madre que le matriculara en un colegio para terminar el bachillerato.

Al iniciar mucha gente lo comparaba Manuel de Jesús, por lo menos ésta fue la reacción en su primer CD, hasta que logró un estilo bastante personal.

Antes de entrar en la música, unos de sus trabajos fue lavar jaulas de pollos en una gallinera y un buen día le pidió a su madre que le matriculara en un colegio para terminar el bachillerato.

Al iniciar mucha gente lo comparaba Manuel de Jesús, por lo menos ésta fue la reacción en su primer CD, hasta que logró un estilo bastante personal.





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